Allí en la misma escuela en la cual vivía, Jairo Castro Eusse aprendió el sutil manejo de la palabra, la misma que marcó su vida como estudiante, poeta, cantante, repentista, locutor, periodista y abogado.
Durante los años de colegio, impulsó la actividad literaria en los Centros Literarios y participó en actividades del mismo tipo en organizaciones que alentaban la literatura y el arte como la Asociación de Artistas y Escritores de Pereira, institución de la que hacían parte notables intelectuales de la ciudad.
Posteriormente y ya graduado de abogado, nuestro personaje trabajó con una cadena radial y desarrolló gran parte de su labor como periodista y posteriormente como funcionario público.
De la producción literaria de Jairo Castro Eusse de la época de estudiante en el Colegio Deogracias Cardona, nos han quedado algunos sonetos de esa prolífica vida escolar, mezclados con la nostalgia del vivir, el erotismo en el deseo inconcluso y la esperanza de cada día:
ANSIEDAD
Esta ansiedad de hacer los imposibles, de hallar lo que los sabios no han hallado, de encontrar lo que nunca han encontrado, los que buscan hallar lo que es posible.
Ansiedad de decir lo indefinible, de formar lo que otros no han formado,
ansiedad de mirar lo no mirado y hallar en el error lo inteligible.
Ansiedad de vivir en otros mundos, de hallar en lo irrisorio lo profundo
y en lo profundo hallar lo inconsecuente.
Ansiedad de sentir lo no sentido y dejar en la sombra del olvido
el enigma de un héroe impotente. (Enero 1960).
UNA NOCHE
Una noche la tuve entre mis brazos y en sólo un ser los dos nos confundimos,
en un mar de placeres nos perdimos unidos por un beso y un abrazo.
Dos lágrimas vertieron sus ojazos llenos del fuego que los dos sentimos
y en arrebatos de pasión nos vimos de aquel amor unidos por los lazos.
Caricias, muchos besos y emociones adornaron sus tiernas dilecciones de hembra, de mujer – futura madre- .
Cumplimos leyes que en el mundo rigen, ella perdió la gracia de ser virgen, yo conquisté la dicha de ser padre.
DOLOR
En el enigma clásico del mundo, sufrir la dicha es concebir la vida,
es mirar la emoción estremecida, ante el amor letífico y fecundo.
Te buscaba mujer en los profundos abismos de ansiedad enloquecida,
hasta encontrarte plácida y rendida en algún paraíso de este mundo.
Tú anhelabas saber cómo es la vida, yo anhelaba saber como el destino
y concebir la dicha inconcebida.
Y después de juntar lo no juntado,
acabamos llorando aquel pecado que dejó triste huella en tu camino.
Teatro de nuestra vida en el que somos artistas, circo de fieras distintas
en las jaulas del destino,
Tú eres el fiel testigo de lo alegre y lo escabroso, de lo feo y de lo hermoso,
de lo débil y lo fino;
Hay murmullo en tu camino, en tu camino pomposo.
Desfile de conjeturas reprochando teorías, perfumes de flor humana
exhalando poesía, inmisiones de alegría sobre tu plaza mundana.
Tu guardas en tu memoria imágenes de la vida: guardas la idea sentida
y la explosión de la gloria, el lamento de la escoria. Y la sonrisa fingida;
tú guardas aquellas noches de románticos amores, y aquellas noches de horrores de partos y de partidas.
En tu regazo se agita la cáfila de mortales, unos ríen con sus males
y otros lloran con sus cuitas. Unos suben, otros bajan, unos piensan, otros hablan; otros embriagan sus sexos con los aromas que pasan.
Unos admiran lo bello, otros son indiferentes, unos pasan cabizbajos,
otros desfilan sonrientes.
Cada quien es un destino, un universo viviente
que se agita locamente sobre tu basto camino. (Agosto 1959)
A MI GATITA MUERTA
Ha muerto la que un día recibiera las migajas de pan que le tiraba,
con las cuales su vida sustentaba y así su estomaguito mantuviera.
Ha muerto mi querida compañera, la que leche lamía en la coquita
y luego se limpiaba su boquita, con la lengua bañada en sudadera.
Hoy que miro su vida destrozada, y su cuerpo yacer sobre la tierra,
comprendo que la vida vale nada.
Ayer recuerdo, la ví tan amañada, jugar con los perritos y la perra
y hoy está para siempre sepultada.
SOLEDAD
Señero en el piélago de olvidos do se lacera más mi suerte incauta.
Recuerdo entre míseros gemidos condignos efugios a mi vida lauta.
Recuerdo los albores de mi vida entre historias de hadas y de muertos
es hoy la soledad medra ceñida en señeros letíferos desiertos.
Los hastíos que dejan los amores, dejan inmotos los medros de pureza obtemperando el calor de los rencores.
Tus afluencias sofísticas de buena, tus endinos encomios de fiereza
son las fuentes que labran tu condena.
SONETO
Tanta ansiedad en mal difuminada, tanta miseria en lujo difluida,
tanta alegría en llanto confundida, nos transporta del mundo hacia la nada.
Tanta ambición en ilusión tornada, tanta ciencia en maldad constituida,
tanta infamia en las fases de la vida nos convierte en materia inanimada.
De tanto hallar placer al fin sufrimos, de tanto padecer al fin morimos
y el mundo continúa su caminos.
Nuevamente volvemos a la nada
y una nueva materia inanimada continúa cumpliendo su destino.
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