sábado, 17 de diciembre de 2011

TIEMPO LIBRE

Se acerca el período de vacaciones de fin de año y surge la inquietud sobre el qué hacer con el tiempo libre de los estudiantes, pertenecientes a los hogares de la nueva generación. 

Se considera como tiempo libre aquellos momentos ajenos a la actividad escolar y laboral, determinados para el cambio de rutinas y el descanso. En el mundo escolar el tiempo libre es un tanto irregular y prolongado: mañanas o tardes completas, semana santa, vacaciones intermedias y vacaciones de fin de año.

Se acepta que la mayor parte de los padres no están en capacidad de cumplir con la obligación de atender en forma adecuada a sus hijos, porque deben responder a otras obligaciones. La solución inmediata es descargar su responsabilidad en los buenos oficios de parientes, abuelas y abuelos o  madres y padres “sustitutos”. Estas compañías supletorias poco ayudan a sanar ese síndrome de las ausencias que empieza a incubarse.

Durante muchos años el sector educativo asume la jornada única: mañana y tarde de lunes a viernes; sábado en la mañana y domingo misa en comunidad. Además se cuenta con una madre de tiempo completo y dedicación exclusiva.

Ahora los tiempos han cambiado.  Al presentarse el problema del déficit de aulas para atender la creciente demanda de cupos de la población escolar, se recurre a una medida que también cambia el modo de operación de la institución escolar: la creación de jornadas escolares; mañana, tarde y noche. Estas jornadas liberan una cantidad de tiempo que muchos docentes aprovechan para atender su profesionalización en servicio, dentro del propósito de apuntarle a mejores estándares de calidad en educación. Por su parte, muchos estudiantes optan por asumir una actividad laboral favoreciendo su propio sostenimiento y colaborando con la economía del hogar, se dedican a reforzar su actividad académica atendiendo sus obligaciones escolares y el deporte. Pero también un grupo numeroso ingresa al ocio no creativo e improductivo.

El tiempo libre puede convertirse en problema dependiendo en gran medida de la edad del estudiante y de la orientación obtenida al interior del núcleo familiar. La población escolar no ocupada, no comprometida en actividades postescolares se convierte en una rueda suelta: el problema de la esquina, del barrio, de la familia y de la comunidad. Regularmente la familia queda corta en el manejo de la situación y los entes administrativos de la educación se quedan  sin propuestas.

El tiempo libre puede llegar a ser uno de los eslabones en la cadena de las dependencias; facilitador para el ingreso a ese submundo, fortalecido por la improductividad. La provocación cuenta con agentes al interior del medio social, apoyados en el deseo personal de experimentar y cruzar la línea de lo prohibido. Punto de arranque asociado al “amigo” inductor-provocador facultado para aprovechar la desorientación, la soledad, la curiosidad, el miedo y la búsqueda de

sensaciones nuevas. Es el portero de los paraísos artificiales y momentáneos, en un mundo que provoca, llama, amarra y compromete; la caída en un vacío eterno, infortunadamente sin regreso.

Con la propuesta de “El uso creativo del tiempo libre”, se buscan espacios para la recreación, las jornadas lúdicas, el deporte, la labor social y el refuerzo de la actividad académica. Esta es una manera de tratar de  encontrar puertas de escape para niños(as) y jóvenes, orientándolos a evitar ese ocio improductivo y la dependencia provocadora. La mano amiga, ayuda a vivir con dignidad y orienta para evitar caer en nuevas tentaciones que destruyan la vida.

Ofrezca un poco de compañía. Ayude a encontrar la mejor orientación fortalecida por el amor y el buen trato. La salvación de los males de este mundo depende en gran medida que cada uno posea un punto de apoyo providencial que favorezca el logro del equilibrio mental y emocional, para hacer del tránsito por este planeta una experiencia gratificante.

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