“Construye los momentos más felices de tu vida, en el día que se te regala”
EL AYER empezó a construirse desde hace un instante, como el lugar en el cual tiene su asiento el pasado, la historia y todos los sucesos de lo trascendental y cotidiano. Un lugar de vida. El año que pasó tomó allí su espacio, con todo su bagaje de promesas cumplidas y sin cumplir. Los viejos archivos mostraron los acontecimientos de los nacimientos y los procesos de crecimiento de los seres, las cosas y las naciones, como también su despedida y su ocaso. El ayer guardó todos los secretos: desde el inacabado universo hasta lo casi perfecto y tal vez por dilucidar en el mundo de las cosas simples.
Desde el instante que pasó, todo es pasado, algo que escapa de las manos como el agua que fluye en cumplimiento de sus rutas y sus caminos: el mundo de lo prehistórico que dió para soñar y especular creando las historias de lo probable, porque los restos convertidos en piedra y olvido trajeron un mensaje intermitente, códigos indescifrables que llegaron desde el mundo de los eslabones perdidos.
El ayer se hizo historia con la intervención de los seres humanos en los terrenos de los cambios, el dominio y el sometimiento, la marginalidad. Las divinidades femeninas, las madres dominantes por entonces, cedieron sus fueros eternos al padre. Matriarcado y Patriarcado centrados en la disputa por la permanencia del universo.
La propiedad y dominio sobre las cosas determinaron los alientos del poder, lo mío, lo tuyo, lo nuestro y lo colectivo, edificaron momentos determinantes en la vida de los seres y las naciones. Lugares en los que anidaron las piedras lanzadas y las palabras dichas; las frustraciones inacabadas y todas las nostalgias. Lo servido, lo comido y lo soñado; tristezas y dolores, acumulación de cosas en los recónditos misterios del olvido.
MAÑANA será un lugar desconocido pero probable, no seguro. En sus amplios espacios se encontrarán las decisiones y la fuerza de las leyes, los lugares de las prohibiciones donde campeará la moral y la ética y donde las realizaciones lograrán mostrar sus mejores frutos. Época de cosecha que recibirá lo sembrado y cuidado con esmero, también cosechará lo espúreo, aquello que tuvo dificultades en etapas cruciales: los hijos mostrarán lo que se hizo de ellos en el preciso momento de las devoluciones.
Ayer se alejará en cada tic-tac de los relojes, en los mismos que el mañana se aproximará para convertirse en ayer. El mañana encarnará la esperanza y será la puerta de entrada a las eternidades. El mañana se consolidará en el ahora, el después, un lugar para la esperanza que toma a veces su color. Las investigaciones y los logros de la ciencia se encontrarán en el mañana, lo oculto por las intenciones sabias del universo deambularán en busca de la mano prodigiosa que tome ese legado de los dioses e interprete los descubrimientos para hacer posible la permanencia de la vida. La ciencia será la búsqueda de las eternidades perdidas en los mundos de los posibles. El mañana recuperará el sentido de la entrega y las disoluciones en el cambio y en todos los cambios.
HOY es el regalo del aquí porque el ahora pertenece a otro plano. El hoy tiene una connotación precisa con el “ya”, porque muy a pesar del juego de las horas, pasado y presente se entrecruzan en un instante en el cual es probable la vida, el único momento en que la realidad es posible.
Debemos hacer del hoy un acercamiento a esa realidad, el instante del festival de los sentidos y la fiesta eterna de los sentimientos. Hoy es el momento de los nuevos nacimientos, de la epopeya de todos los paisajes. Hoy se recorren los caminos llenos de pasados y futuros en el juego del ayer y del mañana. Hoy, en este instante, se encontrará la reconciliación consigo mismo y con la naturaleza. Hoy se pueden ver las maravillas del mundo, escuchar las músicas de todos los espacios, el pasado en presente, saborear los manjares de la mesa, tocar las texturas de las formas y el viento que refresca la piel, el calor de los soles y el agua que se filtra esquiva entre los dedos.
Hoy solamente hoy se es permitido sonreír para aceptar los juegos del amor. Solamente hoy se facilita llenar el corazón de amor para repartir amor, tolerancia y perdón. Hoy es el regalo del nuevo día, del instante feliz que se entrega para ser expandido desde allí, desde la plenitud de la vida. Es un deber aprovechar este instante para renovar y cambiar la vida para obtener beneficios y procurar armonía, felicidad y paz. No se puede olvidar que como criaturas del universo la felicidad solamente se encuentra en lo más profundo y eterno de la propia alma.
- Neverg Londoño Arias –
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