En época de elecciones y cedulaciones aparecen listados de nombres que llaman la atención por su originalidad o talvez ingenuidad de sus autores. La siguiente lista de electores tiende a ser suigeneris:
Vayan nuestros consabidos respetos a Galileo, Einstein, Davincy Benwell, Freud, Pascal Senn, Darwing, Sócrates Orestes, Aristóteles Carcache, Ringo Brenes, Sting, Hammer, Max Jagger, Mozart, Indira Madonna, Jim Morrison, Hendrix de los Angeles, George Michael, Elvis Presley, Axel Agüero, Slash Jose Cruz Pasos, Beethoven, Judas, Hesículo Pedro Pablo de Jesús, Herodes Alexis, Maverick Fallas, Guilligan, Jackson Brucelee, Rambo Emmanuell, Alien Gerardo, Macgiver, Rocky Domingo, Norton, Cisco Ridier, Excel, Euro Andrés, Dollar Alberto, Ghandi Gabriel, Walkams Churchill, Nefertiti, John Kennedy Cordero, Richard Nixon Gómez, Stalin Lenin Aviles, Hitler Rodolfo Bogarín. Romeo Antonio, Otelo Monge, Hamlet Steve, Honeybee Carolina, Ángel Homobono, Navy Quiel, Taco Vis, Kereinapeck Morgan, Josseph Stalonmayer, Mac Junior Arauz, Gay Alexander, Glanden Wilfredo Cornwall y a Francisco Fondillo Alvarado.
El nombre designa personas animales y cosas para evitar “señalarlas con el dedo”; marca que identifica y que es llevada como recuerdo de las buenas intenciones de los padres o de las irónicas intenciones de los amigos de la familia. Los nombres de María y José han sido usados después de evitar la imposición del santoral; los menos creyentes adoptan nombres poco cristianos como Isis, Darling, Fedra, Lesbia, Selene, Francia, España y Argentina. Las afinidades políticas tienen su influencia en determinadas épocas con la profusión de Laureano, Mariano, Jorge Eliécer, Fidel, Raúl, Camilo y Ernesto. El deporte, el cine, y la música aportan a John, Briggite, Liza, Vanessa, Willy, Ivonne, Edith, Louis, Paul, Douglas. No pocos se aventuran a hacer uso de ciertas palabras escogidas por su sonoridad como Usnavy, General, Kelvinator y en un caso conocido en Ecuador: Solidstate. Las combinaciones de sílabas de los nombres de las personas de la familia: Joslauanton de José, Laura y Antonio; Marlon de Marleny y Londoño; Pamela de Paulo y Melania y Crismar de Cristina y Martín.
Para esta época proliferan nombres en diminutivo como Inesita, Teresita y Sarita; los nombres de los doce apóstoles, además de Mauricio, Marcela, Manolo, Mateo, Lucas, Tomás, Matías y Oriana; a pesar de todo esto, los padres reclaman un lugar en los pequeños espacios del nombre de sus hijos.
Los apellidos hacen parte del nombre, denominación de clan, tribu o familia que se remonta en el tiempo a lugares y edades inimaginables, fuente de estudio de las genealogías entre los cuales hay extensos tratados.
Muchos apellidos, indican características, cosas, lugares de procedencia y en algunas ocasiones apodos que terminan haciendo común a un grupo familiar: Arenas, Ballesteros, Mar; Gallo, Galo o Cock; Vaca, Toro, Cabra, Pájaro, Barriga, Colorado, Gordillo, Delgado, Delgadillo, Pulga, Bulla, Ardilla, Escobero, Bello, Feo, Fo, Fox, Ladrón, Lora, Maldonado, Matamoros, Zapatero y Coca.
El nombre y el apellido hacen uno solo pero su combinación debe ser cuidadosa para evitar desastres fonéticos, como en el caso de Felipe Lleras y las combinaciones de nombres terminados en la sílaba “ca” y apellidos que empiezan por la sílaba “co” y “ga”. Algunos apellidos llevan el “de” y el “y” por tradición o por adopción: De la Fuente , De los Ríos, De Cabal, De las Casas, De los Ángeles, De la Cosa , Del Colmenar, De Mar y Sancena, Ortega y Gasset.
Los apodos, pueden designar familias enteras, una forma de nombrar o hacer mofa de personajes de diferentes estratos sociales, de la farándula y de otros lugares poco afortunados de la vida social, la política, la historia y la guerra: “Longaniza” y “Culo de Hierro” llamaban a Bolívar, “Mascachochas” a un célebre general; y a nivel doméstico, algunas familias son llamadas “Los Monos”, “Los Negritos”, “Los Jaleos”, “Los Caletos” y “Los Calilla”. A nivel personal y local son conocidos “Galleta”, “Rígido”, “El Mocho Jaramillo”, “Mono Viejo”, “El Potro”, “Plumón” y “El Divino Calvo”. Algunos lugares son nombrados por su ambiente, su forma, su historia o por la actividad que allí se desarrolla: “El Bar Escupa”, “El Bramadero”, “La Esquina del Cambalache”, “El Violadero”, “Ventaquemada”, “La Nariz del Diablo”, “Páramo del Almorzadero”, “Filodihambre”, “Matanzas”, “Tres Puertas” y el bar “El Esqueleto”, diagonal a un cementerio en La Virginia.
Para los animales, los nombres han variado un poco: Carlos para los gallos, Roberto para los loros y Trostky, Pancho, Simón, Willie, Max, Lulú, Lilí, Paco y Mateo para los perros, en algunos casos complementados con el apellido de la suegra, una secreta venganza que se estila en algunos países.
Neverg Londoño Arias
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