martes, 28 de febrero de 2012

DESDE LA OTRA ORILLA

La historia tiene muchas variables referidas a quien la vive y a quien la escribe. La historia oficial es la escrita por quien está enseñoreado en el poder; el vencedor sienta sus reales posaderas sobre lo divino y humano que pueda considerar como su botín de guerra.  

También existe la versión no oficial: la historia de los vencidos; la otra orilla, lo contrario, desde donde el hecho histórico construye su dinámica. Los perdedores pueden ser también los antiguos imperios que al entrar en desgracia recibieron igual trato del mismo olvido que prodigaron cuando estaban en la cima. La versión del perdedor no es dada a conocer, porque es apócrifa, pero permanece ahí sobre su tiempo hasta tanto llegue quien dilucide sus misterios y haga el rescate de las bien guardadas memorias del olvido.

Metido en los vericuetos de la historiografía Pablo Victoria a través de sus estudios, encontró la historia de la España de la colonia y la independencia americanas. Muestra en forma descarnada los vicios y componendas de los “héroes”; así lo expresa en su obra “Grandes mitos de la historia de Colombia”: “la clase dirigente criolla, responsable del fracaso de la nación”… “Camilo Torres, el Sabio Caldas y Antonio Nariño simples burócratas levantiscos de la corona española”… Los grandes mitos de la Historia de Colombia se resumen en importantes momentos:

Las potencias dueñas del comercio de esclavos fueron Inglaterra, Portugal y Holanda. España no alentó el comercio a gran escala; los pocos criollos de las clases adineradas se enriquecieron con el contrabando que resultaba más rentable, sin la existencia de un monopolio comercial en sus posesiones.

La revuelta comunera en ningún momento fue popular, porque la participación de los criollos en la burocracia virreinal era notable. La enorme carga de impuestos que sostenía la guerra, disgustó a los adinerados, comerciantes y a las clases emergentes; la gente del común fue alentada por ellos. Cuando se pactaron las negociaciones, después de la revuelta, ni los cuatro evangelios, ni la misa solemne oficiada por el arzobispo, ni aún su palabra, sirvieron para dejar en firme lo convenido.

Las obras realizadas por España en la Nueva Granada comprendieron: reorganizar el ejército, mejorar los caminos y las vías, avanzar con la instrucción pública en todos los niveles, impulsar las misiones, elaborar un censo de población, establecer la Expedición Botánica, fomentar la agricultura y la minería, introducir la imprenta, organizar las primeras bibliotecas públicas y el primer periódico y coadyuvar al avance de las artes, las letras y las ciencias. No hubo poder absoluto de los españoles, porque la rosca criolla dominaba el cabildo donde una sola macrofamilia amarraba las cuestiones políticas.

En el asunto del florero, todo empezó con la renuncia del Alférez Real y el nombramiento arbitrario, como reemplazo, de un chapetón, además de seis regidores. Había crisis de poder y enfrentamientos continuos.  

La Patria fue  Boba desde entonces: Mientras Nariño estaba resentido por la repartición de cargos, los indígenas se sintieron inconformes con los nuevos amos. “Una situación política de caos y una situación económica de quiebra”: se enfrentaron los patriotas por las prebendas y privilegios del poder. Antonio Nariño que provenía de una familia que había disfrutado de las gabelas de la corona como comerciante, tradujo Los Derechos del Hombre e imprimió doscientos ejemplares, de los cuales no alcanzan a circular sino dos  que en nada influyeron para levantar los ánimos contra España, pero como tesorero de diezmos, fue culpable de peculado por apropiación.

Las principales causas de la Independencia fueron la ordinariez en el trato de los peninsulares, las logias masónicas, la propaganda antiespañola de las potencias europeas y el oportunismo napoleónico, el absolutismo manifiesto de los Borbones y el anhelo de poder de muchos idealistas, matones y caudillistas.

Nariño gozó de buen trato en prisión, puesto que no fue acusado de conspirador sino de defraudar el tesoro público. Obtuvo casa por cárcel y pensión para la familia. Simultáneamente las familias criollas enfrentaban grandes problemas y se presentaban con regularidad acusaciones y traiciones, incluyendo el espectro de una de nuestras primeras guerras civiles. De esta manera, talvez Antonio Nariño pueda saltar del pedestal de “Precursor de la Independencia  a facilitador de la reconquista española”.
Neverg Londoño Arias.

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