martes, 24 de abril de 2012


   “EL ÚLTIMO QUE SALGA… APAGUE LA LUZ

En el momento de abandonar Uruguay, Mario Benedetti sonrió con nostalgia al leer aquel famoso graffiti escrito sobre uno de los muros a la entrada del aeropuerto de Montevideo: “el último que salga… apague la luz”.  

Eran los días del terror desatado por los militares en el cono sur de América, que envió al exilio a cientos de miles de intelectuales, activistas, políticos, maestros y estudiantes: Benedetti perseguido por sus posiciones políticas se refugió en Buenos Aires, pero terminó viviendo su nostalgia de patria en Perú, Cuba y España.

Apreciado por una obra literaria que abarcó la crítica, la poesía, el ensayo, la narrativa y el periodismo, su poesía marcó a la generación joven de la década del setenta, a la cual enseñó la dulzura y el encanto del amor. 

Muchos de sus poemas fueron musicalizados y recorren el mundo en las voces de Joan Manuel Serrat, Nacha Guevara y Pablo Milanés. Obtuvo en 2001 el Premio Iberoamericano José Martí y en 2005 el Premio Internacional Menéndez y Pelayo.

De su extensa obra poética tomamos algunos ejemplos:

USTEDES Y NOSOTROS:

Ustedes cuando aman exigen bienestar, 
una cama de cedro y un colchón especial… 

Nosotros cuando amamos, es fácil de arreglar, 
con sábanas ¡que bueno! Sin sábanas da igual…

Ustedes cuando aman calculan interés 
y cuando se desaman calculan otra vez…
Nosotros cuando amamos es como renacer 
y si nos desamamos no la pasamos bien…

Ustedes cuando aman son de otra magnitud, 
hay fotos, chismes,  prensa y el amor es un boom…
Nosotros cuando amamos es un amor común, 
tan simple y tan sabroso como tener salud… 

Ustedes cuando aman consultan el reloj, 
porque el tiempo que pierden  vale medio millón… 
Nosotros cuando amamos sin prisa y con fervor, 
gozamos y nos sale barata la función…

 Ustedes cuando aman al analista van,
 él es quien dictamina si lo hacen bien o mal…
Nosotros cuando amamos sin tanta cortedad, 
el subconsciente piola, se pone a disfrutar… 

Ustedes cuando aman exigen bienestar, 
una cama de cedro y un colchón especial… 
Nosotros cuando amamos es fácil de arreglar,
 con sábanas ¡que bueno!... Sin sábanas da igual.

ALLENDE:  
Para matar al hombre de la paz,  
para golpear su frente limpia de pesadillas  
tuvieron que convertirse en pesadilla 
para vencer al hombre de la paz;  
tuvieron que congregar todos los odios 
y además los aviones y los tanques 
para batir al hombre de la paz, 
tuvieron que bombardearlo, hacerlo llama 
porque el hombre de la paz era una fortaleza…

Para matar al hombre de la paz 
tuvieron que desatar la guerra turbia, 
para vencer al hombre de la paz 
y acallar su voz modesta y taladrante, 
tuvieron que empujar el terror hasta el abismo 
y matar más para seguir matando 
para batir al hombre de la paz; 
tuvieron que asesinarlo muchas veces 
porque el hombre de la paz era una fortaleza….

Para matar al hombre de la paz 
tuvieron que imaginar que era una tropa 
una armada una hueste una brigada 
tuvieron que creer que era otro ejército 
pero el hombre de la paz era tan sólo un pueblo 
y tenía en sus manos un fusil y un mandato 
y eran necesarios más tanques más rencores 
más bombas más aviones más oprobios 
porque el hombre de la paz era una fortaleza…

Para matar al hombre de la paz 
para golpear su frente limpia de pesadillas  
tuvieron que convertirse en pesadilla 
para vencer al hombre de la paz, 
tuvieron que afiliarse para siempre 
a la muerte matar y matar más para seguir matando 
y condenarse a la blindada soledad, 
para matar al hombre que era un pueblo, 
tuvieron que quedarse sin el pueblo.

BALADA DEL MAL GENIO: 
 
Hay días en que siento una desgana de mí, de ti, 
de todo lo que insiste en creerse 
y me hallo solidariamente cretino 
apto para que en mí vacilen los rencores 
y nada me parezca un aceptable augurio…

Días en que abro el diario con el corazón en la boca 
como si aguardara de veras que mi nombre 
fuera a aparecer en los avisos fúnebres 
seguido de la nómina de parientes 
y amigos y de todo indócil personal a mis órdenes…

Hay días que ni siquiera son oscuros días 
en que pierdo el rastro de mi pena 
y resuelvo las palabras cruzadas 
con una rabia hecha para otra ocasión 
digamos, por ejemplo, para noches de insomnio…

Días en que uno sabe que hace mucho era bueno 
¡bah! tal vez no hace tanto que salía la luna limpia 
como después de jabón perfumado 
y aquello si era auténtica melancolía 
y no este malsano, dulce aburrimiento…

Bueno, esta balada sólo es para avisarte 

que en esos pocos días no me tomes en cuenta. 
 -NLA-                                                                                                                                                                                                                                                                                                                           

No hay comentarios:

Publicar un comentario