“EL ÚLTIMO QUE SALGA… APAGUE LA LUZ ”
En el
momento de abandonar Uruguay, Mario Benedetti sonrió con nostalgia al leer
aquel famoso graffiti escrito sobre uno de los muros a la entrada del
aeropuerto de Montevideo: “el último que salga… apague la luz”.
Eran los días del terror desatado por los
militares en el cono sur de América, que envió al exilio a cientos de miles de
intelectuales, activistas, políticos, maestros y estudiantes: Benedetti
perseguido por sus posiciones políticas se refugió en Buenos Aires, pero
terminó viviendo su nostalgia de patria en Perú, Cuba y España.
Apreciado
por una obra literaria que abarcó la crítica, la poesía, el ensayo, la
narrativa y el periodismo, su poesía marcó a la generación joven de la década
del setenta, a la cual enseñó la dulzura y el encanto del amor.
Muchos de sus
poemas fueron musicalizados y recorren el mundo en las voces de Joan Manuel
Serrat, Nacha Guevara y Pablo Milanés. Obtuvo en 2001 el Premio Iberoamericano
José Martí y en 2005 el Premio Internacional Menéndez y Pelayo.
De su
extensa obra poética tomamos algunos ejemplos:
USTEDES
Y NOSOTROS:
Ustedes
cuando aman exigen bienestar,
una cama de cedro y un colchón especial…
Nosotros
cuando amamos, es fácil de arreglar,
con sábanas ¡que bueno! Sin sábanas da igual…
Ustedes
cuando aman calculan interés
y cuando se desaman calculan otra vez…
Nosotros
cuando amamos es como renacer
y si nos desamamos no la pasamos bien…
Ustedes
cuando aman son de otra magnitud,
hay fotos, chismes, prensa y el amor es un boom…
Nosotros cuando
amamos es un amor común,
tan simple y tan sabroso como tener salud…
Ustedes
cuando aman consultan el reloj,
porque el tiempo que pierden vale medio millón…
Nosotros cuando amamos sin
prisa y con fervor,
gozamos y nos sale barata la función…
Ustedes cuando aman al analista van,
él es
quien dictamina si lo hacen bien o mal…
Nosotros cuando amamos sin tanta
cortedad,
el subconsciente piola, se pone a disfrutar…
Ustedes cuando aman
exigen bienestar,
una cama de cedro y un colchón especial…
Nosotros cuando
amamos es fácil de arreglar,
con sábanas ¡que bueno!... Sin sábanas da igual.
ALLENDE:
Para
matar al hombre de la paz,
para golpear
su frente limpia de pesadillas
tuvieron
que convertirse en pesadilla
para vencer al hombre de la paz;
tuvieron que congregar todos los odios
y
además los aviones y los tanques
para batir al hombre de la paz,
tuvieron que
bombardearlo, hacerlo llama
porque el hombre de la paz era una fortaleza…
Para
matar al hombre de la paz
tuvieron que desatar la guerra turbia,
para vencer al
hombre de la paz
y acallar su voz modesta y taladrante,
tuvieron que empujar el
terror hasta el abismo
y matar más para seguir matando
para batir al hombre de
la paz;
tuvieron que asesinarlo muchas veces
porque el hombre de la paz era una
fortaleza….
Para
matar al hombre de la paz
tuvieron que imaginar que era una tropa
una armada
una hueste una brigada
tuvieron que creer que era otro ejército
pero el hombre
de la paz era tan sólo un pueblo
y tenía
en sus manos un fusil y un mandato
y eran necesarios más tanques más rencores
más bombas más aviones más oprobios
porque el hombre de la paz era una
fortaleza…
Para
matar al hombre de la paz
para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla
para
vencer al hombre de la paz,
tuvieron que afiliarse para siempre
a la muerte
matar y matar más para seguir matando
y condenarse a la blindada soledad,
para
matar al hombre que era un pueblo,
tuvieron que quedarse sin el pueblo.
BALADA
DEL MAL GENIO:
Hay días
en que siento una desgana de mí, de ti,
de todo lo que insiste en creerse
y me
hallo solidariamente cretino
apto para que en mí vacilen los rencores
y nada me
parezca un aceptable augurio…
Días en
que abro el diario con el corazón en la boca
como si aguardara de veras que mi
nombre
fuera a aparecer en los avisos fúnebres
seguido de la nómina de
parientes
y amigos y de todo indócil personal a mis órdenes…
Hay días
que ni siquiera son oscuros días
en que pierdo el rastro de mi pena
y resuelvo
las palabras cruzadas
con una rabia hecha para otra ocasión
digamos, por
ejemplo, para noches de insomnio…
Días en
que uno sabe que hace mucho era bueno
¡bah! tal vez no hace tanto que salía la
luna limpia
como después de jabón perfumado
y aquello si era auténtica
melancolía
y no este malsano, dulce aburrimiento…
Bueno,
esta balada sólo es para avisarte
que en esos pocos días no me tomes en
cuenta.
-NLA-
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