En la primera etapa de la vida de las parejas, no siempre son los hijos el elemento prioritario, estos se dejan “para después”; pero niños o niñas llegan algunas veces como accidente y terminan colados en una relación que por el momento no esperaba otro miembro. Los hijos planificados con responsabilidad, son pocos; la situación en los hogares se complica cuando se pasa del segundo o el tercer nacimiento y las condiciones económicas son desfavorables. Los nuevos personajes aceptados entran a ser parte de la generación de personas para quienes no alcanzó el deseo.
Como la conformación de una familia depende de la vida en pareja cada uno de sus miembros debe preguntarse lo que espera del otro, porque el convertirse en padres y madres define un compromiso de vida que va a favorecer o afectar a muchas personas. Por fortuna aún abundan madres y padres que asumen su tarea con responsabilidad y amor.
Se está volviendo lugar común que en algunos casos, la maternidad y la paternidad presenten rarísimas variables generadoras de situaciones de conflicto: madres resistentes a la maternidad, la aceptan “porque tocó” y viven la gestación como un mal mayor, luchan contra un embarazo que les va a deformar el cuerpo y afectan en forma cruel a la criatura en el vientre. Otras madres no asumen la vida en pareja y acuden a la inseminación in vitro, al madresolterismo o a las adopciones. En algunos padres la situación llega a ser igual de compleja: resistencia a aceptar una paternidad que parte del miedo a asumir responsabilidades por un descuido fortuito, el chantaje comprobado para obligar a tomar una decisión de unión o el acontecimiento inesperado de un embarazo no deseado. Se acepta la paternidad porque “tocó”, por amenaza de muerte o porque hay que responder por un “error”; y en algunas circunstancias se acepta el padresolterismo porque la madre no respondió y no existe otra alternativa.
En las peores circunstancias muchos niños y niñas empiezan su vida sin una imagen determinante de padre o madre, en medio de una maternidad o una paternidad poco amables, en la condición de niños huérfanos con padres vivos, o en el intríngulis de un tipo de hogar improvisado, donde la felicidad no parece posible. Se vivencian los modernos modelos de padre buen cheque, padre de notaría que da el apellido y la firma en el registro civil; madres y padres a distancia, madres y padres sustitutos desde vínculos familiares, afectivos o laborales; madres, padres, hijas e hijos en hogares recompuestos y padres o madres desempeñando un doble papel. (No es posible ser padre y madre a la vez). Tanto niños como niñas merecen amor y acompañamiento para crecer, formarse y madurar en forma equilibrada, con la elaboración de una buena imagen de sus padres.
Las relaciones al interior del hogar deben ser armónicas, evitando todo tipo de maltrato. En el caso contrario, cuando en el núcleo familiar, la pareja se ha gastado irresponsablemente el capital afectivo y la relación no funciona, hay que despojarse de todo rencor y tomar decisiones serias, asimilando la separación y buscando ayuda profesional. Una separación en buenos términos ayuda a que los hijos acepten sus nuevas condiciones de vida. En el caso extremo del abandono y los abusos de todo tipo, estos generan resentimientos y respuestas sociales negativas a largo plazo, determinados en primera instancia por el miedo y el odio al padre o a la madre.
Es posible que en la elección de pareja se haya tenido poco cuidado, se haya sido objeto de cualquier artimaña en la que poco operaba el amor y más el interés de uno de los miembros, para dar una falsa imagen social; sin embargo, se debe obrar con madurez y aceptar el error y trabajar desde ese lugar para dar una solución adecuada al problema.
Tanto la maternidad como la paternidad en cualquier momento de la vida se deben asumir con responsabilidad, enfrentando el reto desde un comienzo. A nadie se le enseña a ser padre o madre, porque este duro compromiso garantiza que todos aprendan, en una de las mas agradables experiencias con la que nos regala la vida.
-NLA-
No hay comentarios:
Publicar un comentario