ORACIÓN
A MIS MAESTROS…
Bendice
Señor a la Maestra …
que
me enseñó a leer de corrido
y
a escribir sin errores de ortografía.
A
jugar con las palabras para lograr, un día,
construir
un saludo a su recuerdo.
Bendícela
porque por ella supe que "amor" se escribe sin hache
y
que la ternura es un espacio en el corazón de todos los seres
y de todas las cosas.
Bendice
Señor a mi Maestro de Matemáticas…
El
hacía un gran esfuerzo para que comprendiera
su
lenguaje esotérico de signos y confusiones.
Cuídalo
por siempre,
porque por su intención aprendí a tolerar mis
frustraciones
y
a comprender que todas las cosas que deseo lograr
pueden
estar también señaladas por la dificultad,
el
misterio y el desencanto.
Bendice
también a quien me enseñó a leer la naturaleza…
a
reconocer el río y la creciente, el prado, la montaña y el cielo.
A
contemplar los puntos cardinales en las estrellas.
A
disfrutar de la lluvia, el viento, el arroyo, el calor y el frío.
A
mirar con asombro la fuerza de la tormenta,
el
zigzaguear del rayo
y
el majestuoso trepidar del trueno.
El
me llevó a comprender que el universo
cuenta
con nosotros como parte de todas sus esencias.
Bendice
Señor a mi Maestro de Geografía…
Con
él aprendí que las coordenadas del mundo son similares a las coordenadas del
alma.
Que
somos parte del universo, "polvo de las estrellas".
Que
los pueblos son puntos en los mapas,
que
los ríos son hilos de color azul
y
los mares son manchas igualmente azules
donde
existe un espacio para todos los barcos, todos los piratas,
todos
los navegantes, todos los naufragios, todos los sueños,
todos
los continentes conocidos
y
todas las cartas de navegación escritas y por escribirse.
Por
mi Maestro de Geografía logré diferenciar
el
Polo Norte de la Patagonia ,
los Alpes de las Islas Vírgenes,
la
Cordillera de los Andes del Río Orinoco
y
la aurora boreal de los vientos alisios.
Bendice
al Maestro de Historia…
con
quien entendí que la guerra siempre ha marcado
los
caminos de la ambición y el desamparo.
Que
los pueblos que no tienen cadenas se las buscan;
que
los héroes siempre ganan las batallas
porque
los perdedores no merecen pedestales.
Bendícelo
Señor,
porque
por él comprendí que los poderosos perpetúan su poder
sobre
la pobreza y que la ignorancia
es
aliada de la flaqueza y la desesperanza.
El
me enseñó también, que la paz es la búsqueda eterna del amor
que
nace en el abrazo y se reparte en fe,
reconocimiento
y respeto hacia el otro:
mi
compañero de viaje por los caminos de la vida.
Bendice
Señor a mi Maestro de Religión…
que
te dejó perdido en un misterio que termino sin comprender.
Así
entendí finalmente, con los antepasados
que
eres luz y eternidad con el sol, la luna y la tierra
como
fuentes de vida y esperanza.
Bendice
Señor de la misma manera
a
quienes me enseñaron a descubrir los misterios
de
mi comportamiento… a viajar al interior de los procesos mentales
y
a acompañar a otros en la búsqueda permanente de su identidad
por
los indescriptibles laberintos de su
inconsciente.
Bendice
Señor a todos los Maestros y Maestras…
facilítales
su tarea, bríndales el regocijo del logro
con
el éxito de sus estudiantes en sus proyectos de vida
y
la felicidad encontrada en la construcción de un mundo más humano en los encuentros con la esperanza y la paz.
PRIMER PREMIO: Concurso Educativo
"Reinaldo Arroyave Lopera 2002- Gracias Maestro". Categoría Adultos.
Auspiciado por CEPAS - Corporación para la Educación Permanente
de la Familia
y COMFENALCO Antioquia. Medellín,
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