La autoestima o autoconfianza, es el referente principal del amor por sí mismo(a). Su campo de acción se encuentra en todos los espacios en los cuales interactúa el ser humano con personas, grupos y con el medio circundante. La autoestima es un problema de amor que puede definirse desde sus priorizaciones.
Detecte sus intereses afectivos: tome papel y lápiz y escriba en orden de importancia el nombre de las cinco personas que usted más ama. Vierta agua en un vaso hasta la mitad de su capacidad, (como su representación física). Coloque el papel bajo el vaso y continúe con la lectura.
Primero centre su atención en el vaso con agua: Si lo percibe medio vacío, puede estar destacando sus carencias, defectos, equivocaciones y errores. Todo es negativo, imposible e inalcanzable: ¡Soy bruto! ¡No puedo! ¡No sirvo para nada! ¡Soy incapaz! Este es el esquema de la baja autoestima; estado del alma que más golpea la vida del estudiante y de gran número de personas sumergidas en el mundo de la negatividad.
¡Recapacite! Es necesario aceptar que el error es una de las escalas del aprendizaje y nunca puede olvidar que usted es lo que piensa, porque el pensamiento tiene relación directa con los sentidos, encargados de actuar. La baja autoestima conserva comportamientos infantiles que afectan la capacidad de decidir y opinar; delimita el rendimiento escolar y solamente ofrece espacios para la soledad, la timidez, la hipersensibilidad, la sumisión, la rebeldía, los celos, la frustración, la envidia y la inapetencia. Sus territorios son estrechos.
Por otro lado, las diferencias individuales nos indican que cada persona es un mundo en el cual la autoestima juega su más importante papel. Cada quien es dueño de sus habilidades y de su responsabilidad con el futuro. El progreso se logra a un ritmo individual y pertenece a todos por igual.
El estudio, la actividad laboral y el mundo profesional, son asumidos por las personas que deciden enfrentar los retos. Todo se hace fácil en la medida que se tome con constancia, decisión, y amor. Las personas que tienen la mejor opinión de sí mismas, de sus capacidades y méritos enfrentan cada reto con seguridad y confianza. Las personas que no se quieren ni se respetan, se debaten entre el miedo y la desconfianza, se presentan siempre incapaces de demostrar sus habilidades y merecimientos.
Al mirar el vaso medio lleno, usted sabe que debe aprender a hacer uso de sus oportunidades y fortalezas, porque está en el mundo de la alta autoestima. Lo que usted piensa de usted debe ser un generador de felicidad y logros. Se le invita a evitar las personas negativas, quejosas, malintencionadas y delictivas. Entre al mundo de lo positivo, lo correcto, lo sano.
Conózcase, trace sus metas con claridad. Persevere en la comunicación. Controle sus emociones. Preocúpese por sus pensamientos e ideales y por su imagen personal. Colabore con las personas reconociendo sus méritos, apoyando sus empresas por alocadas que sean. Confíe en sus capacidades y en las de los demás. Confíe en las habilidades de otros. Acepte que no es perfecto(a) y siéntase orgulloso(a) de lo que es. Analice sus errores. Tenga confianza en usted mismo(a). Pregunte y acepte ayuda. No se compare con nadie; usted es solamente usted.
Ámese; sea siempre el primero(a), respétese. No trate de amar a nadie hasta que haya aprendido a amarse a sí mismo(a). No se puede dar a otros lo que no hay para sí. El supuesto amor a otros sin que usted sea lo primordial, no es más que el resultado de la necesidad, la obligación o el compromiso. Quien no tiene amor por sí mismo no tiene amor para nadie.
Concluya con el ejercicio: Tome el papel colocado bajo el vaso y confronte la lista de personas, desde sus afectos: ¿Allí está usted?; entonces… ¿Su vaso está medio lleno o medio vacío?
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