Comienza un nuevo año, que a lo mejor no es tan nuevo por la continuidad del tiempo que ha sido parcelado para comodidad de los contadores de años. La preparación para este encuentro debe ser la tarea para crear felicidad y armonía en el tiempo que llega.
-Tome el optimismo como consigna y deseche toda conjetura sobre el fin del mundo. El mundo se transformará en algún momento, pero no tan pronto como usted lo espera; es difícil predecirlo. El mundo personal terminará cuando cumpla su misión sobre la tierra, y esto no lo sabe ni usted, ni su médico que son dueños de su realidad. No se preocupe por lo que ocurrirá en un año o en miles de años; prepárese para disfrutar una vida feliz plena de realizaciones, para lo cual usted está hecho(a) y… reflexione:
-Viva en el amor. El amor es el sentimiento más grato que hay sobre la tierra y lo único que deja recuerdos dulces. Constrúyalo desde usted, ámese por sobre todas las cosas; así podrá dar amor en todo su entorno familiar y social. No olvide que no es posible dar lo que no se tiene para sí mismo(a). El amor que usted siente es la única realidad, lo único seguro; el amor del otro(a) es solamente un acto de fe, palabras bonitas.
-Todas sus quejas y dolores desde el sentimiento amoroso, se resumen en lo que usted permite que le hagan, en lo que usted acepta para tratar de conservar el amor del otro(a), un supuesto que usted desconoce.
-Desde el amor se construye vida, familia, hogar y nuevas responsabilidades frente al mundo. No forme un hogar desde el chantaje, colocando un embarazo de por medio; ni desde el interés; condiciones previas para el fracaso y el abandono próximo o tardío.
-Sea sincero(a) en la relación de pareja. No se permita ser el novio(a) eterno, anidando en el lugar equivocado. Usted y su amada(o) pueden darse otra oportunidad con alguien más terrestre. Evítese las promesas si no está en capacidad de cumplirlas. No abuse de la ingenuidad del otro(a) o de sus necesidades de afecto o estabilidad. Lo que usted hace y determina con su pareja puede repercutir en la estabilidad social, económica y emocional de los hijos(as).
-Ame la vida encarnada en el día, el mejor regalo que usted recibe: lleno de luz, de esperanza y de fe. Ame su trabajo, en el cual encuentra entretenimiento, paz, creatividad, plenitud y la sensación de servir, ser útil para algo o para alguien; conviértalo en algo placentero… además le gratifican.
-Como usted ya está crecidito(a), acepte que existe un momento para el desapego, porque es necesario construir su vida, su hogar y su mundo con los elementos que recibió en su proceso de formación; aprenda de sus padres que renunciaron a su familia de origen para construir futuro en otro lugar. Desapego no es abandono. Es independizarse para demostrar que lo aprendido sirvió de algo. Usted recibió una herencia biológica y social. Aprovéchela para construir cosas nuevas en un hogar independiente y en el fortalecimiento de su vida.
-Pregúntese: ¿Qué hace parasitando al lado de papá y mamá? -¿Olvidó que es mayor de edad y se graduó de estudiante eterno? ¿Cuál es el miedo a enfrentar su propia realidad?
-No culpe a los demás de sus desaciertos. A usted le entregaron el mundo y una formación. Acéptelos y empiece a ser usted mismo(a) desde esos lugares. Su tarea es corregir esos desajustes en la etapa inicial de su vida y regalarse lo que usted se merece, sanando posibles heridas en la formación y brindándole a ese niño(a) interior todo aquello de lo cual careció. Sus errores y sus fracasos son solamente suyos, usted es el único(a) responsable. ¡Levántese!, puede hacerlo “setenta veces siete”. Todo error es una lección a partir de la cual se construye el acierto. Muchos hacen de sus dificultades el primer escalón para un éxito seguro.
-Sus enemigos conocidos y desconocidos aprovechan su ignorancia. Estudie, aprenda, progrese; usted puede crecer como persona. Ni el estudio, ni el trabajo, ni el vivir son cosas fáciles. Se necesita atención, cuidado, constancia, sacrificio, tozudez, perseverancia, decisión, esfuerzo y amor por sí mismo.
-Por todas estas razones, lo(a) invito a que desde lo más recóndito de su alma, construya un
¡AÑO FELIZ¡
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