martes, 27 de marzo de 2012

MADRE PROVEEDORA

La mujer es madre. Su propia estructura le indica que es receptividad, “tierra dotada de fecundidad natural” inmersa en el instinto de vida. Ella no puede escapar a ese designio con el cual la naturaleza le hizo el encargo de perpetuar una especie… es madre con hijos o sin ellos. Comprometida con este papel esencial, trasciende el devenir del ser humano en todos sus espacios.

La historia de hombres y mujeres sobre la tierra define una distribución del trabajo, que va de lo natural a lo social: la provisión de alimentos, la caza, la pesca y la defensa del territorio como tarea de hombres; y el trabajo del hogar, el cuidado y protección de los hijos(as), la elaboración de utensilios y la cestería como labor de mujeres. Estas condiciones priman por siempre en cada etapa de la vida del mundo. Desde otro nivel las tareas de la espiritualidad se distribuyen en forma equitativa; diosas y dioses atienden las obligaciones del cielo en cuanto el cuidado debido a los humanos en sus alegrías y desdichas.

Cuando el patriarcado entra como estructura social y económica dominante, frente al matriarcado, la mujer conserva todos sus atributos, pero pierde su poder y queda supeditada a los designios del sistema imperante. Conserva la capacidad de crear vida, controla la estructura familiar desde los remanentes del matriarcado - jamás exterminado - contribuye a la economía con su trabajo y mantiene el ascendiente de protección y cuidado, en pos de su función natural, es en síntesis el poder detrás del trono.

La mujer en el ámbito social permite su sometimiento ante las fuerzas económicas, políticas y religiosas dominantes. En el medio económico hace eco de su subvaloración como elemento fundamental en la vida del mundo, acepta convertirse en objeto bonito y en objeto de mercado, acepta ser segunda, humillada, vilipendiada, subvalorada. Oculta su capacidad, su antigua sabiduría y su antigua rebeldía y se dedica a las labores menores, con la paciencia del santo y la terquedad del genio.

Cuando aflora un nuevo modelo de sociedad, la mujer está lista para asumir los nuevos retos de la historia. Esa primitiva rebeldía resurge en los momentos que el patriarcado erosionado por sus insensateces empieza a tambalear frente a las nuevas tareas del mundo.

No es posible pensar en la búsqueda de otros mundos sin ella; los nuevos seres enviados al espacio, deben contar con la capacidad de dar  vida. No se ha informado sobre las parejas de astronautas que han circunvolado la tierra en los breves momentos de un prologado encuentro entre días de muchos soles y muchas lunas, en un romántico cielo lleno de estrellas.

Los grandes estados vienen encontrando en la mujer una alternativa para asumir el poder, con igual o mayor eficacia que el gobierno de los hombres.

La ciencia ha contado con la participación femenina, porque el conocimiento nunca ha sido patrimonio de género, ensombrecido en algún momento por la propaganda negra de un machismo regularmente alimentado desde su fuente por la mujer.

En los grandes desastres naturales, tsunamis, terremotos y hambrunas está en primera línea en la colaboración y en el trabajo, la madre alimento; incansable en la renovación de la vida y en la reconstrucción de los entornos.

Acostumbrada desde los albores de la civilización a responder por la familia y el hogar, la mujer moderna, compitiendo en el mercado del trabajo, asume con gran valor  las tareas asignadas a la supervivencia.

No es como un padre, no es como una amiga; es la madre que asume diferentes roles sin dejar de ser la madre proveedora, madre nutricia - madre alimento - madre amistosa, madre confidente.

La madre proveedora desplaza el rol del hombre, a quien la provisión le ha servido para dominar, reclamar poder, someter, socializar desde fuera, mostrar el mundo e imperar sobre todas las cosas.

La nueva mujer se enfrenta al mundo y solamente pide al hombre un poco de compañía, amor y tolerancia porque no hay tarea por difícil que parezca que esté impedida para asumir y ella reclama como todos los seres una mejor oportunidad sobre la tierra.

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