TEST DE REFLEXIÓN, PARA PADRES REMISOS
“El niño
no es un adulto en miniatura”
Cuando
los niños viven una infancia sin la debida orientación, en la adolescencia y en
la adultez van a tener serias dificultades. Regularmente se cosecha lo que se
siembra porque somos el resultado de la acuciosidad con la cual madres y padres
han asumido la tarea, no fácil, de una adecuada formación. El siguiente test ha
sido elaborado para que usted como padre o como madre, reflexiones y evalúe su
particular situación y trate de aplicar a tiempo, algunos correctivos que
pueden beneficiar a todos:
¿Usted
ha procurado que su niño viva la infancia que le corresponde?
¿Ha
pensado que ese niño será un adulto que
merece una vida plena y sin dificultades?
¿Quiere evitar que su hijo tenga
dificultades en el porvenir?
¿Dentro
del respeto a los derechos del niño, usted evita darle privilegios propios de
los adultos?
¿Usted
pretende sanar sus culpas desde la saturación de compensaciones?
¿Permanentemente
está relevando al niño de sus esfuerzos y deberes?
¿Permite que se levante por
sus propios medios, cuando se cae o golpea levemente?
¿Ha
dejado que su hijo crezca y no lo trata
como a un bebé?
¿Viene evitando el ritmo normal del desarrollo de su niño,
tratando de desconocer que la infancia es una etapa que se necesita superar?
¿Permite
que su hijo viva en ese limbo en el que se gozan simultáneamente las ventajas
de los menores y de los mayores?
¿A sus hijos adultos los trata como a bebés?
¿Procura
que los niños tengan sus propios espacios y que no duerman en la alcoba de los
padres o acompañados de parientes adultos como tíos, tías, abuelos o amigos de
confianza?
¿La edad
en la que se encuentran los hijos es la adecuada para entrar en el mundo de la
exigencia de ropa de marca y vestir como mayores?
¿Hasta
qué edad lo va ayudar a vestirse y amarrarse los zapatos?
¿Permite
que su niño vea programas o asista a espectáculos para adultos?
¿Su niño
baila salsa en las fiestas infantiles?
¿Su niño asiste a “bluyinadas”,
“empiyamadas” y “after party”?
¿A la
edad que tiene, usted contesta, cuando a él se le interroga?
¿Le recuerda que
debe lavarse los dientes y que diga “Hasta mañana”, antes de acostarse?
¿Le
recuerda con insistencia que debe saludar?
¿Su niño
de más de 20 años todavía vive con los padres con todos los gastos pagos, va a
discotecas donde le sirven el trago que quiera y los fines de semana duerme con
la novia?
¿Su niño
es consentido como un nene y atendido como si fuera jefe de hogar con un poder
y un estatus superiores?
¿Usted cree que el tipo de crianza que está dando a su
niño es altamente contradictoria?
¿Cree
que su hijo puede llegar a la mayoría de edad sin la debida claridad sobre su identidad?
¿Independiente de
usted, su hijo sabe qué quiere y para dónde va?
¿Si ha crecido como niño, sabe
quién es?
¿Su hijo
menor, ha sido tratado como un niño?
¿En la mayoría de edad su hijo se
comportará como una persona adulta...
¿Pensándolo
bien, usted cree que su hijo ha madurado biche, porque ha crecido bajo
condiciones de adulto?
¿Ha
observado que el proceso normal de maduración de su niño, se ha estancado?
¿Observa que la estructura corporal es la de una persona de cuerpo de grande y
mente y corazón de chico?
¿Cuando
le ha dado demasiadas libertades, cómo responde cuando trata de frenar sus
excesos?
¿Su niño atiende sus insinuaciones y acepta sus sugerencias?
Lectura
recomendada, Diana Marulanda: “De niños sin infancia a adultos sin identidad.
-NLA-
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