AMIGA
MAESTRA, AMIGO MAESTRO…
El
reconocimiento que se hace a su labor es un indicador de que algo bueno ha
construido desde el propósito personal de formar los ciudadanos del mundo.
Es
posible que en el Día del Educador haya aplausos, adulaciones y
condecoraciones; cortinas de humo ante la situación real: la lucha permanente
por el reconocimiento de su labor y el reclamo del derecho a vivir en
condiciones dignas, como seres humanos que participan en la construcción del
llamado mundo mejor.
Como
planificador de futuros, Amigo Maestro, debe tener siempre en cuenta que los
aprendizajes están inmersos en la historia del universo, en la historia del
mundo y en la historia del ser humano y que se necesita de un destello de
genialidad para ser descubiertos por la misma sed, jamás saciada, de aprender.
Escuche
al estudiante que espera su compañía afectuosa, trate de caminar a su lado por
el largo trecho de los aprendizajes, brinde la seguridad que dan sus
conocimientos y emprenda la búsqueda de la sabiduría que cada quien merece de
acuerdo con el esfuerzo por lograrla, los propios intereses, los propios sueños
y esperanzas.
Acepte
que el maestro no es el dueño ni el guardián del templo de la sabiduría,
simplemente es un estudiante adelantado que puede acompañar a los nuevos
estudiantes en el descubrimiento de su inteligencia personal y podrá mostrar
los caminos recorridos, para andar con pie firme y mirada segura hacia el
umbral del conocimiento. No se crea el
dueño de la verdad, ni el mejor en el área de su especialidad. Nunca olvide que
hay otros mejores que usted. Cubra de humildad su condición de aprendiz de
sabio y sea prudente cuando lo ensalcen.
Así
posea muchos saberes nunca podrá encontrar el sonido vedado al sordo, el
lenguaje negado al mudo, ni la luz perdida en el ciego. Ellos le mostrarán un
lenguaje que usted no conoce, a través del cual interpretan
su
propio universo; su mundo particular lleno de luces, imágenes y sonidos, sus
personales caminos; le enseñarán sobre la existencia de otras formas de
aprender y otras formas de sacarle
partido a las dificultades, para aproximarse al espacio que queda al lado de
sus limitaciones.
Regocíjese
con sus éxitos porque la vida le ha regalado la oportunidad de afinar los
estados de alma de sus estudiantes, en quienes encontrará los resultados de su
trabajo en la medida que sean capaces de dar múltiples respuestas a los
interrogantes de la vida. Siempre encontrará quien lo recuerde y desde el fondo
del alma de todo ser humano, en cualquier momento saltará la imagen del maestro
que una vez encendió una luz para que el paso por la vida fuera menos
escabroso.
Indique
a sus estudiantes que en las aulas se inician los caminos escalonados que les
pertenecen y a los cuales pueden acceder con tiempo y paciencia. Si les toca
detenerse es porque aún no han logrado obtener la fuerza y la audacia para
avanzar. Anímelos porque su palabra es mágica, tiene fuerza y convicción, a
través de ella logrará el avance esperado en el día que ha de llegar.
Sea
reiterativo con sus estudiantes a que descubran por sus propios medios los
misterios del universo que a nadie se le niegan, a que aprendan que están allí disponibles para ser
apropiados por quienes tengan la posibilidad de atreverse a tomarlos, para el
bien de la humanidad. Nunca olvide en su carrera y en la de sus estudiantes, el
hecho de que otros hayan llegado antes, su misión les indicó que debían allanar
el camino.
Inculque
en sus estudiantes la necesidad de reconocer que el conocimiento es patrimonio
universal y tanto ellos como usted también merecen ser los primeros y los mejores.
-NLA-
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