martes, 20 de septiembre de 2011

UN HOMBRE DE PAZ

“De la cuna a la tumba es una escuela; por eso lo que llamamos problemas, son lecciones”. (Facundo Cabral).-

Se ha callado el cantor y se ha callado la vida. Se ha callado el cantor porque morirse en cualquier país de América Latina o del mundo en circunstancias trágicas parece una constante. El mínimo respeto por la vida no hace parte de una transacción cómoda con los traficantes de la muerte, simplemente porque la vida es tasada en dinero y el precio depende del personaje o de la necesidad de su silencio.

Se ha callado el cantor porque impera la ley del más fuerte, se vive el desorden social y sobrevivir parece congruente con  aceptar, no contradecir, callar, no ver, ensordecer.  Cuando mueren los hombres de paz, el mundo se entristece y si esta muerte tiene visos de tragedia y posiblemente de equivocación, el mundo se conmociona.
 
Desde esos espacios de la tragedia se ha visto desfilar a políticos de renombre, apóstoles, educadores y gente buena del común. Uno de los poetas de la paz  ha sido asesinado recientemente. Un hombre comprometido con la misión de divulgar la palabra, cantar la palabra para ser leído y escuchado.

“No hagas nada por obligación ni por compromiso, sino por amor. Entonces habrá plenitud y en esa plenitud todo es posible y sin esfuerzo, porque te mueve la fuerza natural de la vida…”-

Muchos cantantes y poetas mueren fusilados, encarcelados o en el mundo del exilio, por diversas circunstancias ideológicas o sociales. Siempre son recordados Federico García Lorca, Víctor Jara y John Lennon.

Los pormenores de la vida de Facundo Cabral, corresponden al destino de muchos niños latinoamericanos: un padre que abandona el hogar donde hay tres hijos, una madre heroica que enfrenta su problema y construye el futuro de la familia y unos niños que tratan de actuar en un mundo de hostilidades entre el abandono, la miseria y la trashumancia.

-      “Gracias a la soledad me conozco… algo fundamental para vivir”-.

La protesta que un día se vuelve canción surge al encontrarse con estas circunstancias difíciles, la lucha por la supervivencia, la ausencia de un modelo de autoridad lo convierten  en visitante habitual de los reformatorios; y en otro momento de la vida, del exilio.

“La vida no te quita cosas: te libera de cosas… te alivia para que vueles más alto, para que alcances la plenitud”-.

En uno de esos momentos de iluminación conoce a Simeón, un viejo vagabundo que le presenta al amigo Dios.

“Recuerda: Amarás al prójimo como a ti mismo… Reconcíliate contigo, ponte frente al espejo y piensa que esa criatura que estás viendo es obra de Dios, y decide ahora mismo ser feliz, porque la felicidad es una adquisición”-.

Facundo Cabral emprende un camino que lo llevará a conocer países y culturas, porque su poesía canta la lucha personal, los anhelos de su pueblo, de todos los pueblos. Su poesía y su canto, su protesta, no agradan al régimen de su país:

“Haz sólo lo que amas y serás feliz. El que hace lo que ama está felizmente condenado al éxito que llegará cuando debe llegar, porque lo que debe ser, será y llegará naturalmente”-.

Esa palabra lleva la marca de la entereza, la lucha por la supervivencia y el recuerdo de las carencias:

“Dios te puso un ser humano a cargo y eres tú mismo, debes hacerte libre y feliz. Después podrás compartir la verdad verdadera  con los demás”-.

La muerte hace parte de su agenda como posibilidad, continuidad y compromiso. Posiblemente en el momento final entiende que no está en un lugar equivocado, sino que es la forma escogida por el destino, para el llamado:

“No perdiste a nadie: el que murió simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón”-.

Paz en el recuerdo del cantor y paz en la canción callada.



EMPEZAR DE NUEVO.
Facundo Cabral

Esta es la canción que canto cada mañana al despertar, para agradecerle al Cielo, la gentileza de un nuevo día, de una nueva oportunidad.
Porque siempre se puede empezar de nuevo,
En una eternidad siempre se puede empezar de nuevo,
Y esto es tan cierto como que el paraíso no está perdido sino olvidado.
           Este es un nuevo día, Para empezar de nuevo, Para buscar al ángel, Que me crece los sueños. Para cantar, para reír, para volver a ser feliz Bis
Todos nacemos con un ángel de la guarda, Pero pocos lo conservamos, hay quien prefiere un sicoanalista.
Todos tenemos una conciencia, Pero pocos la escuchamos, hay quien prefiere la televisión.
Todos somos ricos, es decir hijos de Dios, Pero pocos lo sabemos,
Perdona hermano que yo no entienda que no seas feliz en tan bello planeta, que hayas hecho un cementerio de esta tierra, que es una fiesta.
Tienes un corazón, un cerebro, un alma, un espíritu, Entonces como puedes sentirte pobre y desdichado.
En este nuevo día, Yo dejaré al espejo, y trataré de ser, Por fin unhombre nuevo, de cara al sol, caminaré, y con la Luna, Volaré.

¿PONER O COLOCAR?

Las palabras tienen vida y cumplen su ciclo en el mundo del idioma, de las cosas y el tiempo. Aparecen y desaparecen con la necesidad y la actividad humana que las creó y al envejecer se recluyen en su propio asilo en el cual son visitadas esporádicamente por estudiosos de arcaísmos o por la necesidad de ser utilizadas un instante nada más, con el riesgo de recibir las reprimendas de los neoacadémicos.

Suerte tal es la de muchas palabras de nuestra vida familiar y de las cuales es posible que las nuevas generaciones desconozcan su significado y su uso: aguamanil, alacena, alpargatas, arrastraderas, beque, bacia, bacinilla, carramplones, caperuza, catre, combinación,  cotizas, enaguas, encabador con pluma, engrudo, escaparate, escarcela, escupidera, estilógrafo, garabato, hueso gustador, lacre, liguero, long play, manto, medias con vena, palangana, peinado papindó, pegante de goma, portaplumas, solución, taburete, vestido estilo sastre, zapatillas. La lista de palabras desgastadas es interminable, teniendo en cuenta una extensa geografía y una población tan diversa.

A propósito de un verbo que corre igual suerte que los términos descritos, el periodista y miembro de la Academia  Colombiana de la Lengua Juan Gossain, en la sesión inaugural del seminario “Periodismo y Literatura”, convocado por el Congreso de la Lengua, presentó una interesante ponencia en la cual hizo una vehemente defensa del verbo “poner”. Este verbo, como muchas palabras de la lengua castellana, parece haber cumplido su ciclo y el uso en la cotidianidad tiende a reemplazarse, generando de paso interesantes situaciones que para el caso, el conferencista plantea:

“Vengo con el único propósito de defender la vida de un verbo en peligro… el verbo poner, uno de los más antiguos y útiles de nuestro idioma, atacado con alevosía y a mansalva por el verbo colocar, que lo está extinguiendo sin remedio… “Las primeras noticias sobre la aparición del verbo poner en la lengua castellana aparecen registradas en la gramática de Nebrija, en 1492, pero no fue posible encontrar rastros suyos antes de esa fecha”…

En su disertación, Gossain plantea sobre el orígen de la tragedia que “empezó el día en que alguna señora remilgada, con ínfulas culteranas, se atrevió a repetir un proverbio catalán del siglo diecinueve: “sólo las gallinas ponen…”

La llamada  "colocaderitis" viene irrumpiendo en aquellos lugares remotos de la geografía en los cuales el español es lengua oficial. De igual manera nuestro escritor se lamenta sobre el uso de uno u otro verbo cuando aduce: “Mucho me temo que los poetas, buenos y malos, deben prepararse para contemplar, a la hora azul del crepúsculo, una coloca de sol. Reconozco que yo mismo, acoquinado por las presiones de tanto esnobista que anda suelto, tuve vacilaciones para decidir si presentaba ante esta tertulia una ponencia o una coloquencia…  Estamos, incansables, dedicados a velar armas al pie de la cama de hospital de nuestro amigo moribundo...”

Dos estudios se mencionan en esta interesante conferencia, el realizado por el profesor Álvaro Enrique Treviño, quien encontró en "Cien años de soledad", ciento sesenta y siete formas diferentes del verbo poner y ocho variedades de colocar; y la elaboración del "Diccionario de sustituciones del verbo poner", tarea realizada por el ingeniero José Enrique Rizo Pombo, en el cual se muestra el estado en el cual quedarán las nuevas  sustituciones: “antecolocar en vez de anteponer; concolocar en lugar de componer; contracolocar argumentos en vez de contraponer argumentos y ocolocar por oponer ideas y razones”.
 
Gossain, concluye un tanto nostálgico y vencido: “No quiero ni pensar, para mayor abundamiento, en lo que pasará el día que una señorita pacata y distinguida exclame, con el refinamiento que exigen materias tan delicadas, que el baño está hecho para que el organismo pueda decolocar las escorias naturales…” y, declarándose resignado ante la evidencia del cambio progresivo: “El verbo poner ha ido desapareciendo del habla cotidiana y del lenguaje escrito, ya sea en la prensa o en los libros, desterrado, en efecto, al territorio infame del gallinero.

A este paso, muy pronto no será más que un anacronismo reservado a gramáticos casposos, una estantigua, una sombra del pasado, una fantasmagoría. Sin embargo, nuestra venganza perpetua contra aquel aforismo malvado tendrá lugar el día en que una campesina de los Andes anuncie con sonoro cacareo que su gallina "acaba de colocar un huevo". La hecatombe definitiva sobrevendrá cuando ya ni las gallinas pongan. Entonces habremos recorrido la parábola completa, el óvalo que se cierra, la emboscada que se atrapa a sí misma y el alacrán que se muerde su propia cola”. 

sábado, 17 de septiembre de 2011

DESDE EL MUNDO DE LAS COMPENSACIONES


Niños y niñas deben poseer sus espacios físicos y hacer uso de ellos desde el nacimiento. En forma progresiva se puede logran evitar los conflictos que generan la ocupación de aquellos lugares que corresponden a los adultos especialmente del padre quien puede llegar a sentirse, en algunos casos,  como un desplazado más.

Cuando niños y niñas reconocen los espacios de su alcoba, empiezan a adaptarse a ellos. Si la madre o el padre consideran que aún no es tiempo para darse esas libertades por miedo al necesario desprendimiento, estas personitas retardarán su aceptación. En este caso los padres se convierten en una barrera que marca las bases de una dependencia afectiva y económica que puede llegar a cruzar toda la vida.

Bajo esta premisa se infiere que cada uno de los miembros de la familia debe gozar de la privacidad de su alcoba y con mayor razón si es menor. La comodidad se debe disfrutar desde la edad temprana para ir construyendo el propio mundo, facilitando el apoyo de los padres en los momentos que se requiera. Al aprender a reconocer los espacios, se aprende a disfrutar lo merecido y hacerse la vida amable, a poseer y cuidar aquellas cosas que le facilitan bienestar y a enfrentar los propios problemas, haciendo más fácil la intervención de los adultos.

 Frente a la soledad, niños y niñas pueden sentir la aparición de los miedos, manifestados como un síntoma de  desprotección y de carencia; posiblemente poco amor, pocos cuidados y escasa  presencia de los padres durante largos períodos de tiempo. Es saludable enfrentar los miedos desde el reconocimiento de las propias fortalezas y en los propios espacios  para lograr diluir poco a poco el impacto negativo de ellos.

El juego de las compensaciones hacia niños y niñas entra a operar cuando hay un remanente de culpa en el adulto. Concederles la comodidad que requieren en cuanto su hábitat no es negativo, pero si lo es en cuanto se exagera en espacios y dotación innecesaria. Las compensaciones están compuestas por aquellos elementos materiales y no materiales que el niño y la niña reciben de sus padres, como disculpa tardía por el abandono temporal en las largas jornadas de trabajo o en sus indisciplinadas ausencias. De la misma manera se convierte en una compensación “el dejar hacer y el dejar pasar” en las conductas rutinarias del hogar y del colegio. Puntos negativos con repercusiones posteriores.

Como consecuencia inmediata de los buenos oficios de los padres saturando de compensaciones o prebendas a hijos e hijas menores,  se presentan las pataletas. Estas actitudes son una de las formas más usuales de controlar al adulto, el cual ante la situación de presión en lugares y condiciones inesperados, termina cediendo. El niño o la niña, de la misma manera, son convertidos en reinitas y reyecitos, para quienes van todas las complacencias y a quienes nada se les niega: todo se tiene, todo se posee y todo problema es resuelto sin un esfuerzo mínimo.

La manifestación repentina de la sobresaturación  de compensaciones se empieza a presentar desde la carencia de defensas sociales, el desarrollo de una timidez que repercute en agresividad y en una muy baja tolerancia a la frustración. Niños y niñas se convierten en ganadores en todo momento y lugar sin importar lo que tengan que hacer para lograrlo, inicialmente con la ayuda de los adultos y posteriormente recurriendo a todo tipo de subterfugios.  Se convierten en competidores agresivos, definiendo un liderazgo negativo y un irremediable autoritarismo.

Bajo estas condiciones, en una etapa mas avanzada, posiblemente se enfrentará la dificultad de pertenecer a un grupo o a una pareja, necesitados de demostrar autoridad, suficiencia y dominio, sin importar las consecuencias. Al perderse los tradicionales puntos de apoyo, el mundo personal se derrumba, se llena de soledad, y ante relaciones cada vez más difíciles se buscan vías de escape, con la posibilidad de engrosar la clientela del bar, de los fármacos y de  aquellas conductas sociales que van en contravía de regulaciones y tradiciones.

No se debe olvidar que los extremos son nocivos: el excesivo amor es tan perjudicial como la falta de amor y la sobreprotección es tan molesta como el abandono. Dosifique, consulte, asesórese, para que los resultados en la formación de los hijos y las hijas sean los esperados.

viernes, 16 de septiembre de 2011

REFLEXIONES


Si ha sacrificado muchos de sus deseos para que sus padres lo continúen queriendo como lo querían de pequeño…
¿Qué ha construído en torno al sistema familiar?
¿Qué ha recibido de sus padres para crecer como persona?
Si esto no se ha dado ¿qué espera para empezar?

El verdadero amor se modifica con el tiempo, crece y descubre nuevas maneras de expresarse… Sólo produce felicidad, escapa del dolor y se traduce en fe y esperanza. Dar es su verdadero sentido y está más allá de su misma realidad. Cuando se le permite acercarse al dolor, reaparece fortalecido o muere de silencio.

Los enfermos experimentan una gran mejoría en cuanto son internados; ya no necesitan estar escondiendo sus síntomas, y el ambiente familiar los ayuda a aceptar sus propias limitaciones… Estar entre iguales da seguridad y la necesidad de apoyar a otros en la carrera hacia la vida.

Una persona absolutamente normal necesita pasar por la experiencia del amor imposible… Lo imposible es una forma de ver lo posible. En los contrasentidos del amor lo imposible es lo posible.

Existen dentro de nosotros otras personas a las que debemos amar: interesantes, locas, curiosas, valientes y arriesgadas… Cada día saltamos de la lentitud a la premura, de la sencillez al orgullo, de la insensatez a la cordura; corteses y descorteses, agresivos y pasivos… ¡somos tantos al mismo tiempo!

Todos somos educados solamente para amar, aceptar, intentar descubrir una salida, evitar el conflicto… Nuestra estructura choca contra lo que se ubica al otro lado, el lado inexplorado de la otra realidad.

Los sentimientos negativos, reprimidos durante años en el alma, salen algún día a la superficie… Se sienten y cuando no se necesitan más, pueden partir. El hecho de no salir a tiempo reduce nuestra capacidad de actuar en condiciones “normales”.

Si no quieres entrar en apuros divide siempre la responsabilidad… Los administradores adecuan el recurso a las necesidades. Dividir responsabilidades incentiva la eficiencia del proceso.
Así como la prisión nunca corrige al preso – se limita a enseñarle a cometer más faltas –, los sanatorios hacen que los enfermos se acostumbren a un mundo totalmente irreal, donde todo es permitido y nadie necesita ser responsable de sus actos… El mundo de los iguales hace fuerte al individuo y al grupo y genera situaciones favorables de cura, pero también fortalece aquellos espacios en los cuales un desajuste se hace presente.

Texto de referencia: Paulo Coehlo: Verónica decide morir. Edit. Planeta.

LOS FILÓSOFOS BAJITOS

Niños y niñas son seres especiales; se les encuentra en cualquier parte y en distintas formas. Son personitas simples, sin complicaciones y poseen la seguridad que da su mundo incontaminado y bueno. Ellos siempre encuentran una explicación para todo de acuerdo con su percepción del mundo y rara vez se quedan en el silencio de la respuesta.
Si en su acepción más universal la filosofía trata de interpretar el “por qué y el cómo de las cosas”; tanto las preguntas como las respuestas, en esta materia,  abundan en la mente infantil y también en el niño(a) que vive en cada uno de los adultos. En esta ocasión transcribimos algunas respuestas de nuestros niños, en los momentos más interesante de la vida del aula de clases en nuestro medio y del mundo en familia.
Diálogo en familia:
-El niño introduce la tostada en el jugo. Sorprendido le dice a la mamá: Mami, la tostada se me tomó el jugo.
- Cansado de la misma respuesta, la niña pregunta a la abuela: ¿Abuelita es que usted no sabe sino decir “Ajá”?
- La mamá le explica al niño que está gordita porque está esperando un bebé. El niño concluye: Ya entiendo, entonces mi profesor de Artes está esperando…
- Papi, le voy a contar a Spiderman que Usted me castigó.
- El niño se dirige al abuelo que está leyendo: Abuelito, ¿usted para qué estudia más, luego ya no lo sabe todo?
- “¿Qué edad tienes, abuelo?. - No lo recuerdo.- Mira la etiqueta de tus calzoncillos, en los míos dice de 4 a 6”.
-Mami, ¿a qué hora llegan las personas a meterse al televisor?

Diálogo con Jesús:
-Usted es como bobito. ¿Siendo Dios, por qué se dejó golpear?  
- En Semana Santa me pone muy triste, cuando lo crucifican y usted se deja. ¿Por qué se deja molestar tanto del diablo?
- Estuvo genial el truquito de caminar sobre el agua.
- Me gusta rezar, aunque a veces me da como una risita.
-¿Su mamá si lo dejaba salir a jugar con los amiguitos, cuando era niño? -¿Alguna vez se dio  trompadas con un compañerito de colegio?  
-¿Su padre le da dinero los domingos?
- Como sabe curar a los enfermos, por qué se ha demorado tanto en sanarle la patica a “Mincho”, el perro de mi amiguito.
- ¿Cuándo viene a la tierra, en que iglesia se hospeda?
El día que venga a la tierra, me avisa para invitarlo a la finca del abuelo.
- Dicen que soy mal estudiante. ¿Por qué no me pega una ayudadita para aprobar este año con buenas notas?
- ¿Era cierto que su papá y su mamá eran muy pobres?
¿En qué almacén le compraban la ropa?
 - Me gusta cuando lo miro y me sonríe.

Diálogo con Dios:
-Ser dios es una nota.
Me gustaría saber en qué estrella vive y cómo es su casa por dentro.
¿Cuál es su comida favorita?
- ¿Cómo hizo para fabricar una hormiga?
- ¿Por qué cuando inventó las cosas difíciles se le ocurrieron las matemáticas?
- Mi novia Catalina me dice que lo quiere mucho y eso me da como ¡un enojito chiquitico!
- ¿Verdad que la pereza la inventó el diablo? ¡Lástima que no la hubiera inventado Usted!
 - ¿Le dio mucha dificultad lograr que los primeros hermanos se entendieran? En mi casa eso no funciona.
- La última vez que me llevaron a la iglesia, traté de mirar en qué rincón estaba escondido. –
¿De dónde sacó tanta agua, para llenar el mar?
- ¿En qué ciudad de Colombia le gustaría vivir?
- Gracias por la lluvia, me gusta que se me mojen los zapatos.
-Cuando se murió mi perrito, le pedí que lo resucitara. ¿Por qué no me escuchó?
- Quisiera que inventara ballenitas pequeñitas para mi acuario.
- ¿Por qué inventó animales tan bonitos y tan peligrosos a la vez?
- ¿En qué momento se sienta a pensar, o le da pereza?
- ¿Cuando era pequeñito en qué colegio lo matricularon?
- ¿Alguna vez lo castigaron por llegar tarde a clase o no llevar la tarea?
- ¿En el cielo también hay que estudiar?

De los amigos de la red:

Dios:
-¿La jirafa la querías hacer así, o fue un accidente?
-¿Los pecados los marcas en rojo, como hace la maestra?
- Cuándo hiciste el primer hombre, ¿funcionaba bien, como nosotros ahora?
- Si no llegas a extinguir los dinosaurios no habríamos tenido sitio nosotros. Lo has hecho muy bien.
- Hemos estudiado que Tomás Edison descubrió la luz. Pero en la catequesis dicen que fuiste Tú. - Yo creo que te robó la idea.
- Está bien que hagas tantas religiones, ¿pero no te confundes nunca?
- ¿Cómo es que no has inventado algún animal en los últimos tiempos? Tenemos los de siempre.
- No te preocupes por mí, yo miro siempre a los lados antes de cruzar.
- En catequesis nos han dicho  todo lo que haces. ¿Pero cuándo estás de vacaciones, quién te sustituye?
- Me gustaría que hiciera gente que no se rompa tanto. A mí ya me han puesto tres puntos y una inyección.
- A lo mejor Caín y Abel no se mataban si hubieran tenido una habitación. Con mi hermano funciona.
- Te quiero porque con lo que nos das, vivir nos haces. ¿Pero me tienes que decir por qué nos dejas morir?
- Si de verdad volvemos a vivir, por favor no me hagas como Ana que es una antipática.
A la mamá:
-Después de haberse pintado los labios: Mami, hoy olvidaste darle el beso de despedida a la servilleta.
- Hay alboroto en la alcoba. Llega la mamá y todos quedan en silencio. El niño menor pregunta ¿Y quién era esa?
Al abuelo:
-¿Abuelo, cuántos años tienes? - Tengo 62 años, contesta el abuelo. ¿Y comenzaste desde 1?
- Abuelo, Tu y Dios se parecen en que ambos son viejos.
- Abuelo, estoy escribiendo un cuento.  ¿De qué se trata?  - No sé, yo no sé leer.
- La abuela cuenta a la nieta travesuras de su niñez. La nieta le responde: Yo debí haberte conocido mucho antes.
- El abuelo estaba enseñándole los colores al nieto. El nieto ya cansado le dice: ¡Abuelo: creo que ya puedes reconocer los colores por ti mismo!
-¿Donde vive tu abuela? Ella vive en el aeropuerto. Allí la recogemos y allí la llevamos de regreso.
- Mi abuelo es muy inteligente y no lo veo con la suficiente frecuencia para hacerme tan inteligente como él.

A Jesús:
:
- Me gusta mucho el Padrenuestro. ¿Se te ocurrió enseguida o lo tuviste que hacer varias veces? Yo siempre que escribo algo lo tengo que repetir.
- A veces pienso en ti aunque no esté rezando.
- Seguro que para Ti es dificilísimo querer a todos en el mundo. En mi familia sólo somos cuatro y yo no lo consigo.
- Querido Jesús: en carnaval me voy a disfrazar de diablo. No te importa ¿verdad?
- ¿El Padre Mario es amigo tuyo o sólo es un compañero de trabajo?
- Cuándo tu padre hizo el universo ¿No era mejor que en vez del domingo hubiera descansado los días de colegio?
- Me gustaría saber cómo llamaba tu buey y tu mula.
- ¿Cómo es que hacías tantos milagros antiguamente y ahora ya no los haces?
- Si me miras el domingo en la iglesia, te enseño mis zapatos nuevos.

A Dios:

- Yo no he vuelto a sentirme sola desde que descubrí que existes.
- Me llamo Andrés y mi físico es bajo, delgado, pero no soy debilucho. Mi hermano dice que tengo una cara horrible, pero me alegro, porque así no tendré una mujer que me esté molestando siempre y contándome chismes.
- Por favor pon un poco de vacaciones entre Navidad y Semana Santa, es que ahora en medio no hay nada.
- Yo creía que el naranja no pegaba con el morado, pero luego he visto el atardecer que hiciste el martes. ¡Es genial!
- ¿Tú cómo sabías que eras Dios?
- De verdad ¿eres invisible o es un truco?
- No creo que pueda hacer un Dios mejor que Tú. Bueno quisiera que lo supieras. Pero no creas  que lo digo porque eres Dios ¿eh?
- ¿Sabes que me gusta mucho como has hecho a mi novia Simoneta?
- Gracias por el hermanito, pero yo lo que había pedido era un perro.
- Que listo eres. Todas las noches consigues poner las estrellas en el mismo sitio.
- Para mí la máquina de coser es uno de tus mejores inventos.
- Yo soy italiano ¿Y Tú?
- Hace mucho que espero la primavera, pero todavía no ha llegado ¡No te la olvides!
- Por favor. Mándame un cachorrito. Nunca te he pedido nada, lo puedes comprobar.
- ¿Tú las cosas las sabes antes de que se inventen?
-El abuelo llama por teléfono, ¿Sabes quién soy?, pregunta. El niño llama a la mamá: Mami, el abuelo está en el teléfono y no sabe quién es.
-De todos los que trabajan contigo, yo prefiero a San Pedro y a San Juan.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

LA SOCIALIZACIÓN EN EL NIÑO

El niño es un todo con su entorno; la vida familiar es parte de su universo y desde estos espacios primarios construye sus primeros referentes. El mundo de los mayores empieza a ser incorporado e imitado y la influencia mutua entra a producir comportamientos en unos y otros.

Los procesos de formación y educación tienen  su comienzo en la secuencialidad de conductas que las delimitan: rigidez o permisividad,  hostilidad o calidez, dedicación obsesiva o despreocupación.

En el “aprendizaje por modelos” el niño toma la vida del hogar como referente para determinar sus comportamientos: padres hostiles o permisivos, generan niños agresivos y rebeldes y padres agresivos, hijos agresivos. En el caso contrario, los niños educados y obedientes son producto de padres cálidos aunque restrictivos.

 De la misma manera,  la socialización y el desempeño social tienen  en el hogar su comienzo; desde este lugar evoluciona, marca pautas en los diferentes escenarios en los cuales el individuo actúa y asegura que sus repercusiones se vayan manifestando en el transcurso de la vida.  La socialización tiene relación directa con la aceptación de valores, principios y actitudes.

Para el desempeño de los roles sociales el niño participa con todas las fortalezas y debilidades con las cuales la naturaleza le ha dotado  y con las cuales va a obtener logros, enfrentar dificultades y amenazas y madurar sus comportamientos.

El niño llega a la socialización a poner en juego sus condiciones biológicas, físicas, fisiológicas y sexuales; hace uso de la capacidad de interactuar con el medio, del conocimiento, de la memoria, de la atención y de la capacidad de enfrentar y resolver problemas.

Las relaciones socio-infantiles aceleran los aprendizajes e incorporan la necesidad de asumir comportamientos. El juego se convierte en la actividad más importante y desde todos los espacios de la lúdica se fortalecen la participación, la cooperación, el respeto mutuo, el liderazgo, la aceptación de límites, la tolerancia a la frustración, la capacidad de procurar el logro de propósitos propios o de grupo y la solución de problemas. Poco a poco, cuando las relaciones se tornan más complejas se ve obligado a crear otros espacios de participación y otros tipos de comportamiento.

Para el niño, la imagen paterna en el entorno del modelo de hogar representa la figura de autoridad. Este elemento es determinante en el proceso de socialización; a partir de él hace práctica la obediencia, la aceptación de quien lidera y ordena y el acatamiento a las normas; cuida sus intereses personales y de grupo y proyecta hacia la pubertad el uso adecuado de todos los aprendizajes anteriores garantizando la permanencia de estos hasta la edad adulta.

Al comenzar el proceso de socialización, el niño participa en las actividades de grupos mixtos, pero a partir de los cambios producidos por la edad, la participación tiende a hacerse con grupos homogéneos y en forma progresiva estará supeditando las decisiones a sus intereses personales.
 
La socialización aprendida por imitación regular o forzada va a exigir el reconocimiento y aceptación de las reglas de comportamiento social y la aceptación de los centros de poder y autoridad. Lo ético y lo moral tienen asidero  en los nuevos conceptos que el niño asimila, de la misma manera que los conceptos de premio y castigo que delimitan el cumplimiento o no, de las normas aceptadas y que son parte importante de la estructura social.

martes, 13 de septiembre de 2011

UNA MIRADA A LA HOMOSEXUALIDAD

“Y tu al lado de uno y tu al lado de otro y yo acá de  este lado, muriendo de dolor”
 (Chabela Vargas).

Uno de los temas recurrentes de la vida actual es el de la homosexualidad, caracterizada por la relación afectiva y la conformación de pareja con  personas del mismo sexo. Este tipo de comportamiento es tan antiguo como la existencia del ser humano y deriva su importancia de la forma cómo afecta las costumbres de los pueblos y  la vida cotidiana de la sociedad y la familia.
 
En los pueblos antiguos, la homosexualidad es aceptada entre los griegos, tolerada entre los romanos y condenada en muchas regiones de oriente y occidente. En algunos grupos nativos australianos ha sido generalizada. Muchos países aprueban el matrimonio legal entre homosexuales o permiten su registro como parejas de hecho.

La homosexualidad a pesar de ser tan antigua, ha sido marginada, no aceptada, es el tema de no tratar. Pero, cuando llega al núcleo familiar encarna en un  personaje al cual es necesario esconder o señalar, porque es el “raro”, el esperado inesperado. Los epítetos llueven desde el señalamiento como afeminados, amachadas, homosexuales, desviados, desviadas y cientos de  denominaciones innombrables en este espacio, hasta llegar al genérico gringo de “gay”.

La sociedad ha sido indolente con aquellas personas que tienen comportamientos por fuera de un esquema patriarcal, pero en la medida que se abren espacios amplios de tolerancia, el comportamiento sexual de hombres y mujeres sale a la luz, “sale del closet” para enfrentar con decisión su situación ante la familia y la sociedad.

Los mecanismos de selección de pareja parecen estar impresos en uno de los cientos de laberintos de la estructura del ADN. Las conductas sexuales juegan con el azar y en muchos casos, “considerados poco afortunados”, aparecen las fijaciones de las  más remotas tendencias que afectan tanto a hombres como a mujeres.

En reportes médicos del Siglo XIX aparece la homosexualidad como una enfermedad, un problema mental.  Para Richard von Krafft – Being es una “degeneración neuropática hereditaria agravada por una excesiva autosatisfacción”. Alfred Charles Kinsey, asegura que  la homosexualidad no es una enfermedad, pero acepta algunos factores de esta orientación en gemelos y mellizos. Kallman habla sobre una anomalía genética.

Según Freud, existe “una predisposición constitutiva, el efecto determinante de experiencias durante la infancia: como la falta de un progenitor del mismo sexo con el cual poder identificarse y la desviación sexual desde las experiencias homosexuales masculinas durante la adolescencia”. Se evidencian: “la predisposición bisexual, las tendencias homosexuales latentes y la poca madurez en el desarrollo sexual”.

Estudios más actuales apuntan a reconocer condiciones especiales del factor hormonal, las situaciones vividas durante la infancia, la estructura de una identidad, el papel del género y los factores ambientales.

Algunos comportamientos que pueden caracterizar la homosexualidad, se resumen a continuación: 
Sentimientos de atracción solamente por personas del mismo sexo, manifestados antes de finalizar la adolescencia.-

Proceso de autoaceptación de la homosexualidad con impulsos sexuales satisfactores.-

Resistencia a aceptar la homosexualidad como algo placentero.

Hay intentos heterosexuales, eventos homosexuales breves y autosatisfacción.- Episodios de homosexualidad temporal en heterosexuales, bajo circunstancias especiales de encierro. Pueden desarrollar una homosexualidad latente.

Homosexualidad latente en personas heterosexuales, por seducción o por soledad.-

 Atracción hacia individuos de diferentes sexos.-

Personalidad narcisista: el deseo de provocar deseo; y Homosexualidad generada por disfunciones psíquicas, como la demencia senil, la esquizofrenia y la epilepsia.

FORMACIÓN PROGRESIVA

El proceso de formación de los estudiantes delimitado por la instrucción y ofrecido por  las instituciones educativas con la supervisión del estado, está determinado para obtener resultados a largo plazo, proyectando a la población escolar a la etapa adulta.

Las mayores dificultades para padres, madres y educadores(as) corresponden al control del rendimiento escolar y el comportamiento o conducta de los estudiantes en los espacios de la institución y del hogar. La predisposición a los aprendizajes y los comportamientos tienen su origen en la infancia temprana y se refuerzan con el ingreso a las diferentes etapas de evolución.

El mundo del niño(a) está centrado en el juego y el del adolescente fluctúa entre el juego y la toma decisiones con ciertos niveles de madurez. El juego se hace dominante en los comportamientos y actitudes de niños(as) considerados como inquietos, indisciplinados e hiperactivos; aunque sean espacios comunes de la vida entre los dos y los veinte años.

Cuando se obtienen resultados no esperados, como indisciplina y bajo rendimiento escolar se recurre al castigo físico y psicológico: el regaño, la cantaleta y las privaciones. Reacciones que pueden empeorar la situación. Las historias sobre los castigos son interminables; pero una disciplina bien orientada busca estrategias para canalizar la energía en actividades con cierto grado de dificultad, que demanden tiempo. Se trata de encontrar una alternativa diferente de comportamiento.

Cada estudiante es un método y una forma distinta de reaccionar ante diferentes estímulos, por esta razón no existen fórmulas únicas para actuar y aprender y todo aquello que se va obteniendo se fortalece para definir con claridad lo que se espera lograr, pensando siempre en lo futuro.

De la misma manera se considera que el mundo de las individualidades está lleno de lenguajes que no están siendo interpretados en forma adecuada y el niño termina refugiado en el “es que a mí, nadie me entiende”; pero pueden encontrarse señales de fácil lectura en el mal humor, las reacciones violentas, la hiperactividad, la desatención, el silencio, el hablar en clase, el distraer a los compañeros, la desobediencia, el cansancio y el sueño. En estas expresiones hay algo no verbalizado que conviene estudiar en profundidad.

Escuchar esas voces y entender esos códigos de comunicación entran a fortalecer la cultura del buen trato y el reconocimiento de derechos, al igual que conocer los niveles de formación e inclinarse a la estatura física brindan seguridad, apoyo y acompañamiento.

No se puede olvidar que todo arranca en el hogar, donde el amor construye espacios y delimita comportamientos. El amor acoge, protege, orienta y señala caminos. La formación con amor erradica la pedagogía de la negación: “no toque”, “no grite”, “no corra”, “vea que se va a caer”. Una explicación a tiempo evita sinsabores, porque los niños comprenden sin amenazas, dado que “es mejor dar un abrazo que un fuerte coscorrón”.

En la búsqueda de la disciplina y del rendimiento escolar se debe partir de la construcción de reglas breves, consistentes, sencillas, entendibles y fáciles de aplicar: eso que nos gustaría que hubieran hecho con nosotros, cuando estábamos en esa edad. El respeto, la obediencia, el orden y la puntualidad, son logrables, desde el juego y el buen trato.

Los niños tienen derecho a la felicidad y al respeto,  por lo cual es importante dialogar sobre lo que cada uno espera del otro y en casos extremos, buscar ayuda de agentes externos al hogar y a la institución escolar.