martes, 12 de junio de 2012


EL TRABAJO

 Trabajo es toda actividad humana encargada de producir efectos sobre la naturaleza. El hombre es el único animal con hábitos de trabajo orientados a la producción de bienes y servicios.

Existe un gran número de teorías sobre el tema: los textos bíblicos,  enfrentan el malentendido del paraíso (en una situación en la cual hay desigualdad de condiciones), con una obligación para los seres humanos: “ganar el pan con el sudor de la frente”: Desde este momento se habla del “trabajo como castigo”.

El problema se empieza a resolver desde una división de actividades entre dos hermanos rivales, uno dedicado a la agricultura y otro dedicado a la ganadería. Como se conoce, el problema de las ofrendas en este caso particular terminó en tragedia.

Posteriormente Federico Engels descartando las teorías de tipo religioso determina que el trabajo es una de las bases de la evolución humana y lo plantea en su obra “El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre”, allí se define igualmente que desde el trabajo aparece el lenguaje. Nos ubicamos, entonces, entre dos interesantes posiciones: o es un castigo causado por la desobediencia o es el fruto de la necesidad humana de trascender.

Para que exista trabajo se requieren unos elementos básicos: una materia prima predispuesta para que sobre ella se realice un proceso de transformación y la actividad humana que es la encargada de obtener un producto final que tiende a satisfacer una necesidad.

Las relaciones entre instrumentos de trabajo, medios de trabajo y procesos de transformación que tienen como base el trabajo del ser humano, han generado todo tipo de estudios que han alimentado la microeconomía y la macroeconomía, desde la sola perspectiva de los conceptos de propiedad y de la denominada mercancía fuerza de trabajo.

Al considerar la actividad humana como castigo, se tiene en cuenta la acepción tradicional: el trabajo es una respuesta a la desobediencia del ser humano que al subestimar el ocio de su estado inicial pretende suplantar los roles de la divinidad, desconociendo la autoridad suprema, colocándose desafiante ante ella y recibiendo toda una carga de males que inciden en el trabajo y las enfermedades.

Este aspecto teológico de la actividad laboral y la consecuente división del trabajo, división de la sociedad en clases y división en roles morales (buenos y malos); son fuertes elementos  que pretenden mostrar las incongruencias del trabajo con el ser  humano: no es apto para el trabajo, ni corresponde a él en la medida que los mecanismos sociales no se impongan para hacerlo responder.

Surgen dos conceptos dignos de analizar: el trabajo como imposición el trabajo como una actividad liberadora.
-NLA-

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