Roberto Gómez Bolaños, actor, guionista, comediante y creador de personajes del mundo de los antihéroes; nos ha regalado un libro de poemas: “…Y también poemas”, ilustrado con sus dibujos.
Gómez Bolaños es un autor que después de recorrer con éxito los terrenos del teatro, destaca su legado en la comedia en la cual ha popularizado personajes, como “El Chapulín Colorado”, “El Doctor Chapatín” y el “Chavo del Ocho”; que han hecho reír y aún llorar, a toda una generación, penetrando los espacios de los hogares latinoamericanos con sus ingenuas travesuras, en el lenguaje de los niños que hacen parte del gran público que lo admira.
El autor entra a explorar una nueva faceta de su personalidad, con una poesía que muestra otra dimensión: su real posición ideológica y filosófica. La poesía es simple, llena de elementos tradicionales, conocedor como pocos de la historia, vida y angustia de los mejicanos del común. De allí recoge los símbolos de expresión y sentimiento en un respeto casi religioso del lector, aferrado a los cánones tradicionales. Desde la calidez de sus sentimientos y sin demostrar mayor variedad penetra los espacios del espíritu, el amor, el dolor, la melancolía y la pasión, constantes que se reúnen en la vida y en el trabajo diario hacia la conquista de la propia felicidad. No olvida la vena de humor que le caracteriza y escribe poesía que es alma y canto a la vida:
Versos antiguos:
“Esta noche yo deseo/ escribir versos antiguos,/ actualmente tan exiguos/ que parecen de museo. -/ Y si embargo yo creo/ que existe aún quien estima/ la cadencia que sublima, /la música del acento /y el sabroso condimento/ de la métrica y la rima. /La empresa, pues, acometo, con singular valentía, /consciente de que hoy en día soy un cursi por decreto. /Y solamente prometo que escribiré sin engaño, /reconociendo que extraño métrica, rima y acento. /¡Aquel viejo condimento de los poemas de antaño!”
El uso del octosílabo conecta el romance, con la influencia de los clásicos españoles en el género; es una manera de regalar una lección de poesía:
Octosílabo perfecto:
“Las décimas son poemas con estrofas de diez versos, /sujetos a los diversos preceptos de sus esquemas. /Entre los muchos problemas destaca por su rigor/ la rima, como factor tan cabal e inflexible, /que declara inadmisible la presencia de un error./ En la métrica lo mismo: solo versos octosílabos./ (Nada de endecasílabos ni cualquier otro guarismo.)/ Y en afán de preciosismo, / aquí el título fue electo sin mácula ni defecto, /pues así como lo ves, el título también es Octosílabo perfecto”.
La reflexión espontánea sobre usos y abusos de la palabra y los lenguajes del silencio.
Facilidad de palabra:
“Quien tiene como recurso facilidad de palabra, /provechosamente labra lo terrenos del discurso. /No obstante, yo, al transcurso de los años, hoy sentencio /que admiro y reverencio con mayor solicitud/ a quien tiene por virtud facilidad de silencio”.
La autoreflexión en el actor y su papel principal, una aproximación corta a la filosofía de la vida:
El teatro de la vida:
“La vida es como una pieza de teatro: /lo esencial siempre se encuentra al final; /poco importa como empieza. /Y es, con toda franqueza, inevitable que exista/ la condición egoísta en la obra, como no, /si al fin y al cabo soy yo, el actor protagonista.
OTROS POEMAS.
Ensueño:
Si para soñar un sueño preciso ser soñador, soñaré con el ensueño de soñar sueño de amor.
Romance:
Vamos al jardín del sueño donde la luz de la luna pinta de blanco las rosas y acaricia su blancura. Donde se forma el arroyo con gotas de fresca lluvia que por la noche es mullido lecho de flores desnudas. Donde la brisa nos cuenta secretos de la laguna y nos envuelven los nardos con su aliento que perfuma. Donde los ciervos pequeños para dormir se acurrucan sobre la alfombra de muego que sirve de blanda cuna. Vamos al jardín del sueño y pintaré tu hermosura con el agua del arroyo y con la luz de la luna.
La reflexión filosófica en respuesta al conocimiento de la vida.
Mi mejor amigo:
No me pasa inadvertida esta verdad singular; yo he tenido que cargar conmigo toda la vida. Verdad incontrovertida que con prendas de egoísmo se disfraza de heroísmo, pues hay que tener paciencia para librar la existencia cargando con uno mismo. En ningún momento dejo de ser yo mi compañía. Y miro día tras día al mismo hombre en el espejo. Tal vez un poco más viejo y un poco más arrugado; más inútil, más cansado, más sordo, más soñoliento, más distraído, más lento; en resumen: más usado. Pero hay algo singular dentro de esta situación que me brinda la ocasión para contemporizar. Por ello he de confesar que el tanto vivir conmigo justifica lo que hoy digo a modo de confidencia: que a fuerza de convivencia yo soy mi mejor amigo.
El humor que invita a lo reflexivo.
Rimas reiterativas:
Hoy que con dolor intuyo un horizonte sombrío, siento un escalofrío que en verdad tiene lo suyo. Mas no por eso inmiscuyo el desamor y el vacío con un corazón impío; yo más bien lo atribuyo a que tienes mucho orgullo o tuviste mucho hastío. Por tanto hoy te confío la verdad de Perogrullo se ha convertido en un lío. Me acongojo… desvarío… y con la pena concluyo que ya no es mío lo tuyo, que ya no es tuyo lo mío y ya nunca habrá un rocío que humedezca mi capullo. Siempre tuyo: Darío.
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